Las mujeres que mantienen relaciones sexuales semanalmente tienen un menor riesgo de menopausia precoz respecto a aquellas que tienen menos sexo, según un estudio del University College de Londres. ¿Significa esto que la menopausia puede ser un mecanismo adaptativo que no viene marcado únicamente por la edad y la cantidad de óvulos? Los investigadores se han hecho la misma pregunta y han llegado a distintas conclusiones.
El estudio revela que las mujeres que mantenían semanalmente relaciones sexuales tenían menos posibilidades de tener una menopausia precoz respecto al resto. Algo importante para la salud de las mujeres porque la menopausia está relacionada con la llegada de enfermedades importantes, como la osteoporosis, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. El sexo sería, así, un estupendo tratamiento preventivo, entendiendo, según el estudio, por relaciones sexuales, sexo oral, caricias y masturbación, además del coito.
Para la antropóloga Megan Arnot, una de las investigadoras principales del estudio, los datos indican que “si una mujer no está teniendo relaciones sexuales y no hay posibilidad de embarazo, el cuerpo 'elige' no invertir tiempo y energía en la ovulación. Podría ser una compensación biológica entre invertir energía en la ovulación o invertirla en otro lugar, por ejemplo para mantenerse activa cuidando a los nietos". Esta idea es conocida como ‘hipótesis de la abuela’, según la cual la menopausia evolucionó originalmente en humanos para reducir el conflicto reproductivo entre las diferentes generaciones de mujeres y permitir a las mayores aumentar su valor como cuidadoras de los nietos y ser una parte esencial en la estructura familiar.
Según las investigaciones, realizadas durante diez años, el 64% de las mujeres afirman tener algún tipo de relación sexual (con y sin pareja) semanalmente. Al principio del estudio ninguna de las mujeres había entrado en la menopausia, pero el 46% estaba comenzando a experimentar algunos de sus síntomas (cambios en el ciclo menstrual y sofocos). El 54% restante tenía ciclos menstruales normales.
A lo largo de los años, el 45% de las mujeres analizadas experimentaron una menopausia natural a los 52 años, como edad media. Al analizar la relación entre la frecuencia sexual y la edad de la menopausia natural, los investigadores concluyeron que las mujeres que tenían relaciones sexuales semanalmente tenían un 28% menos de probabilidades de experimentar la menopausia a edad temprana, respecto a aquellas que tenían relaciones sexuales menos de una vez al mes. Del mismo modo, las personas que tuvieron relaciones sexuales mensualmente tuvieron un 19% menos de probabilidades de retrasar su menopausia, en comparación con las que tuvieron relaciones sexuales menos de una vez al mes.
Los investigadores también controlaron características tales como nivel de estrógenos, educación, índice de masa corporal, raza, hábitos de fumar, edad de primera menstruación y salud general sin que hubiera resultados significativos. Otro de los objetivos del estudio es probar si vivir con una pareja masculina afecta a la llegada de la menopausia. El estudio no ha encontrado correlación, independientemente de si la pareja convive o no.
Para Ruth Mace, profesora de Antropología y última autora del estudio, los datos apuntan a que la menopausia no es un solo consecuencia del reloj biológico, sino un proceso que también puede responder al entorno. En resumen, Mace señala que “la menopausia es, por supuesto, algo inevitable para las mujeres, y no existe una intervención conductual que evite el cese reproductivo. Sin embargo, estos resultados son una indicación de que el momento de la menopausia puede ser adaptativo en respuesta a la probabilidad de quedar embarazada”.
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