Parece una pesadilla, pero es la cruda realidad: vuelve el triaje de guerra en los hospitales. Aquel que diferencia por edad del paciente para decidir si "merece la pena" que tenga una cama en UCI o si es preferible que la ocupe una persona más joven. Una historia que recuerda a la ya vivida en marzo y que ahora se vuelve a repetir.
Ha sido Suiza de los primeros países que, en esta nueva ola de coronavirus que azota al continente europeo, ha lanzado un aviso: "los mayores de 85 años o los mayores de 75 que tengan enfermedades crónicas graves y una esperanza de vida de menos de 24 meses no serán ingresados en las camas UCI". Este criterio nace de un protocolo que se aprobó el 20 de marzo y que no había sido planteado ni puesto en funcionamiento. Hasta ahora, que la situación del país es grave, con más de 500 casos por cada 100.000 habitantes.
Sin embargo, Suiza no está sola en esta filosofía. En España lo pudimos ver en lo peor de la primera ola, cuando hubo que sacar camas UCI de lugares inexistentes y la presión asistencial se hizo insoportable para la demanda que existía.
En un documento de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias titulado "Recomendaciones éticas para la toma de decisiones en la situación excepcional de crisis por pandemia covid-19 en las unidades de cuidados intensivos" se especificaban los criterios para ayudar a los profesionales que tenían que decidir si una persona vivía o no. Por ejemplo, se establecían cuatro niveles de pacientes en función de su prioridad, de los cuales únicamente los de prioridad 1 entrarían en la UCI.
En la Comunidad de Madrid también se llegó a filtrar en abril un documento de la Consejería de Sanidad dirigido a las residencias de mayores para decidir qué ancianos se podían hospitalizar y cuales no. En Cataluña, un documento interno del Sistema de Emergencias Médicas también hablaba de "evitar ingresos de pacientes con escaso beneficio", especialmente los mayores de 80 años.
También en Italia, donde la primera ola azotó con fuerza, sobre todo en la región de Bergamo, se tuvieron que tomar decisiones del mismo tipo. En una entrevista con Euronews, un enfermero de un hospital de Milán lo explicaba así: "Si entendemos que el paciente tiene un grave problema de salud hasta el punto de no tener ninguna posibilidad de vivir y necesitamos dar la cama o desviar los recursos a alguien que tenga más posibilidades de sobrevivir esta es una elección que - a pesar de ser éticamente difícil de aceptar - desde un punto de vista clínico se puede hacer para dar la posibilidad de sobrevivir a alguien en comparación con alguien que tendría cero posibilidades".
Actualmente, en Estados Unidos también están teniendo que tomar este tipo de decisiones. En Utah, donde las UCI están al borde de su capacidad máxima, los gerentes de los hospitales le han pedido al Gobernado del Estado que apruebe un plan para reducir las admisiones en las UCI en función de criterios como la edad o las comorbilidades.
Pero no hay que irse tan lejos. En ciudades como Granada, también se empiezan a plantear este tipo de triaje si la situación no mejora. En una entrevista en la Cadena SER, el presidente provincial del Sindicato Médico, Paco Cantalejo ha admitido ya que "lo malo es que existe un riesgo claro de que en los próximos días tengamos que priorizar la atención según los pacientes".
Ante este tipo de decisiones, ¿es ético priorizar la vida de los jóvenes ante la de los mayores? ¿Supone esto una vulneración de derechos? Vota en nuestra encuesta de la parte superior del artículo.