Dormir es un placer para muchos que no disfrutan tanto como les gustaría, así lo exponen los datos con los que cuenta la Sociedad Española de Neurología (SEN). Tal y como indican, entre un 20 y un 48% de la población adulta española tiene dificultades para iniciar o mantener el sueño, siendo un 10% de los casos desencadenado por un trastorno del sueño crónico y grave. Según los propios profesionales de la SEN han explicado, el sueño no solo es proceso fisiológico de vital importancia para las personas, también es imprescindible para su supervivencia o el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Si no dormimos bien las consecuencias sobre nuestra salud no son las mejores. Entonces, ¿cómo se puede lograr conciliar el sueño?
Desde la entidad destacan que hay tres aspectos que determinan si una persona tiene una buena calidad del sueño: la duración, la continuidad y la profundidad. Teniendo en cuenta estos tres parámetros, si no dedicamos el tiempo suficiente a dormir, hay continuas interrupciones del sueño o este no es suficientemente profundo, habría que buscar ayuda profesional. ¿Por qué? Principalmente porque una mala calidad del sueño repercute directamente en nuestra salud con mayor riesgo de padecer hipertensión o de agravar otras patologías.
No obstante, la SEN apunta a que las condiciones ambientales a la hora de dormir también son clave en la calidad del sueño, pues es necesaria una buena temperatura, lograr estar aislados del ruido o que la luz, tanto artificial como natural, no nos interrumpa el sueño.
Muchas personas utilizan sus propias técnicas para intentar dormir y cumplir con el tiempo necesario para al día siguiente estar completamente descansado. Pero lejos de contar ovejas existe una técnica denominada 4-7-8, la cual promete dejarte rendido en solo un minuto. ¿Qué hay de cierto en ello? ¿En qué consiste este método este método popularizado por Andrew Weil, de la Universidad de Arizona?
Esta técnica consiste en un método de respiración relacionado con la meditación. Para que funcione mejor se recomienda hacerlo ya tumbado y colocando la punta de la lengua sobre la encía superior de la boca, manteniéndola ahí durante todo el proceso.
Y aquí es donde entran los tres números mencionados y que dan nombre a la técnica, 4-7-8. Lo primero es coger aire por la nariz durante 4 segundos para luego mantenerlo en los pulmones otros 7 segundos. Finalmente, ese aire se expulsa lentamente a lo largo de 8 segundos, repitiendo la técnica varias veces hasta que, en poco tiempo, la modorra se apodera de ti y caes rendido ante el sueño gracias a la relajación que provoca, o al menos eso dicen los expertos.
Al final esta técnica logra calmar el sistema nervioso y ralentizar el ritmo cardíaco para llegar a un estado de calma que nos permite inducir el sueño y ayuda a evitar el estrés que en ocasiones puede generarnos no lograr dormirnos y que nos impide descansar.
En todo caso, hay que seguir varias rutinas o consejos para mantener una buena conciliación del sueño. Entre ellos destaca tener un horario estable tanto para acostarnos como para levantarnos que no varíe demasiado, evitar las distracciones cuando nos metemos en la cama, desde la televisión hasta la lectura, o eliminar el café y el alcohol desde última hora de la tarde.
A ello se le suma exponernos durante el día a la luz natural para un mejor control de nuestro sistema circadiano o evitar hacer ejercicio físico a partir de las siete de la tarde, ya que puede aumentar nuestra temperatura corporal, interfiriendo directamente en la conciliación del sueño.