Prueban una nueva terapia de cosquillas en el oído para retrasar el envejecimiento
La investigación con mayores de 55 años ha dado unos buenos resultados iniciales
¿Has pensado alguna vez que la oreja puede ser la puerta de acceso para la curación de enfermedades y para mejorar la vida de las personas mayores de 55 años? Un estudio de la Universidad de Leeds (Reino Unido) acaba de demostrar la importancia que tiene nuestro pabellón auditivo para vivir mejor y más saludables.
La nueva terapia que han investigado, cuyos resultados han sido publicados en la revista Aging, ha retrasado algunos efectos del envejecimiento en las personas que han participado, como un mayor bienestar emocional y mejorías a la hora de descansar. Esta investigación se basa en la estimulación del sistema nervioso parasimpático accediendo por el llamado nervio vago.
MÁS
Hasta este descubrimiento, para acceder al nervio vago había que llevar a cabo operaciones quirúrgicas a través de las vértebras del cuello, pero ahora, según estos investigadores, también se podría llegar hasta él gracias a unas corrientes eléctricas inocuas para el paciente y que son distribuidas con unos pequeños electrodos colocados en la oreja.
Estas corrientes penetran por el nervio vago y se expanden por el sistema nervioso parasimpático, cuyo objetivo dentro del organismo es ahorrar y recuperar energía mediante la disminución del ritmo cardíaco, la respiración o la digestión, entre otras acciones.
El problema es que, según vamos cumpliendo años, el sistema nervioso parasimpático empieza a ceder terreno respecto al sistema nervioso simpático, encargado de reacciones que nos pueden salvar la vida en un momento dado mediante la activación de la reacción lucha-huida, es decir: aumento de ritmo cardíaco, aumento de oxígeno en los músculos, secreción de adrenalina, etc.
Con esta investigación, lo que han concluido es que si se estimula el nervio vago unos 15 minutos al día durante dos semanas mediante esos electrodos en la oreja, la actividad del sistema nervioso simpático se reduce y el parasimpático puede tomar más control, con los beneficios que ello supone.
Cuáles serían sus implicaciones prácticas
Que el parasimpático gane terreno respecto al simpático a partir de los 55 años no es nada baladí porque, según los investigadores, esto podría ayudar a la gente con enfermedades crónicas a que tuvieran una mejor calidad de vida.
Durante el estudio, realizado a 29 personas de más de 55 años, se pudieron ver algunos resultados interesantes, como mejores patrones a la hora de descansar o en la salud mental de los participantes, aunque para ver unos resultados a largo plazo aún queda esperar un tiempo, según los autores del estudio.
Si todo sale como tienen previsto, algunos de estos beneficios puede ser una reducción en el número de caídas de personas de más edad, que es una de las causas fundamentales del agravamiento de problemas de movilidad a partir de una determinada época de la vida, la reducción de los niveles de presión sanguínea, un ritmo cardíaco adecuado a cada persona y la disminución del riesgo de ataques al corazón.
Según Susan Deuchars, investigadora de la Universidad de Leeds, "creemos que este tipo de estimulación puede marcar una gran diferencia para la vida de las personas, y ahora esperamos realizar más estudios relacionados con este para ver si esta terapia puede tener beneficios para otros trastornos de salud".
Además, la propia investigación también añade que, aunque los resultados de este estudio han sido satisfactorios, ahora necesitan ampliar la muestra poblacional, ya que solo se desarrolló con 29 personas con diferentes problemas de salud pero que no suponen una representación total de la población.
En todo caso, la puerta de acceder al sistema nervioso a través de nuestras orejas parece que se ha abierto para siempre y en los próximos años nos va a dar muchas alegrías relacionadas con la salud y la mejora de nuestra calidad de vida a medida que cumplimos años.