Con el mes de junio a la vuelta de la esquina, es el momento de las escapadas veraniegas para intentar sobrellevar el calor hasta que lleguen las ansiadas vacaciones. Usar protector solar es uno de los mejores seguros contra el cáncer de piel, pero la alimentación también juega un papel importante, incluso más que lo anterior. La experta en nutrición y alimentación Marina Diana Pérez, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, nos explica la importancia de la dieta plant-based, la que más siguen las estrellas de Hollywood durante los meses estivales.
Un estudio reciente, publicado en la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics (2022), ha concluido que una ingesta alta de vegetales, aceite de oliva y legumbres se correlaciona con un menor daño en la piel provocado por la exposición prolongada a radiación ultravioleta.
Asegura que las frutas como el mango, el melón, la naranja, el tomate, la granada, el maracuyá y las uvas son ricas en compuestos bioactivos como la vitamina C, vitamina E, betacarotenos, polifenoles y ácidos fenólicos, que promueven la defensa oxidante de la piel, participan en mecanismos para reducir la inflamación y generan soporte estructural y protección UV en la piel. Entre las verduras, destaca el kale o col rizada por ser rica en carotenoides y vitamina C, que ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo.
Además, destaca los beneficios de las almendras, por su contenido en tocoferoles y ácidos grasos insaturados que disminuyen las arrugas y la hiperpigmentación; de la soja, por ser rica en isoflavonas que aportan elasticidad e hidratación, y de los alimentos ricos en polifenoles como el cacao, el té verde o el café, que también ofrecen efectos demostrados en varios parámetros de la piel.
“Las frutas, verduras, legumbres y frutos secos son alimentos con vitaminas como la C y la E, polifenoles y ácidos fenólicos que contribuyen a la defensa oxidante de la piel frente a agentes externos como el daño inducido por la radiación ultravioleta”, apunta la profesora.
Por su parte, la vitamina D, además de obtenerse por síntesis cutánea, también se puede conseguir a partir de los alimentos. "Hasta hace unos años, creíamos que solo estaba presente en productos de origen animal (por ejemplo, huevos, lácteos o pescado azul), pero recientes hallazgos muestran que ciertos hongos superiores, como las setas, también la contienen", explica Diana. En cuanto a la vitamina C, indica que es un potente antioxidante hidrofílico capaz de eliminar y extinguir los radicales libres, y se encuentra comúnmente en alimentos crudos rojos y pimientos verdes, naranjas, acerola, pomelos, kiwi, fresas, brócoli y coles de Bruselas.
La experta señala que la vitamina E puede hallarse principalmente en nueces, semillas, vegetales, maíz, soja y margarina, y actúa como defensa antioxidante de la piel, ya que absorbe la luz ultravioleta. En cambio, la vitamina B3 (niacina), que es también un antioxidante, se obtiene de la carne, el pescado, la leche, el huevo y los frutos secos. Por último, la vitamina A participa en la diferenciación de la epidermis, la modulación de factores de crecimiento dérmico y la regulación de la actividad glandular sebácea, entre otros. Se puede encontrar especialmente en el hígado y aceites de pescado, la leche y los huevos.