¿Y si comer mucha fruta fuera malo para la salud?

  • Comer fruta es bueno para la salud en términos generales, pero también comporta algunos riesgos que hay que conocer

  • Las frutas con demasiada fructosa pueden acarrear problemas intestinales y promover la aparición de diabetes e hipertensión

  • Las frutas de temporada son siempre una buena elección; en verano, melocotones, frutas rojas, sandía y, en menor proporción, melón

En estas jornadas de fuerte calor, la tentación de comer alimentos frescos, especialmente frutas, es una alternativa refrescante y aparentemente saludable. Solo aparentemente porque no está exento de problemas para el organismo.

Comer fruta es bueno para la salud en términos generales. Pero tomarla en exceso comporta algunos riesgos. La clave está en la moderación porque el exceso incurre en los siguientes errores nutricionales.

Primer riesgo: demasiada azúcar

Algunas frutas contienen mucha fructosa, un azúcar natural que tiene la particularidad de aumentar la tasa de triglicéridos en la sangre. En conclusión, es fácil engordar y contraer enfermedades graves, como la diabetes y la hipertensión, con una ingesta excesiva de este tipo de fruta, como son dátiles, peras, manzanas, cerezas, chirimoyas y uvas. Por su parte, las que menos fructosa tienen son los aguacates, los mangos, los cocos y las papayas.

Segundo riesgo: ingesta de pesticidas

La piel de la frutas contienen trazas de pesticidas. Cada vez hay más personas con alta sensibilidad a los insecticidas, lo que puede derivar en episodios alérgicos. Un estudio elaborado en 2012 en el Montefiore Medical Center de Nueva York demostró que el uso excesivo de los diclorofenoles se relaciona con la creciente incidencia de alergias alimentarias en las sociedades occidentales. 

Tercer riesgo: problemas intestinales

Para las personas que sufren de colon irritable, un exceso de frutas puede desencadenar crisis por la presencia de la fructosa y otros tipos de azúcares. Una ingesta extraordinaria de fruta también puede dar origen a diarreas, gases y vientre hinchado. Es frecuente que estos episodios oscilen en un mismo individuo, ya que la microbiota cambia de manera periódica, según los alimentos que comamos. Lo mejor es observar qué le sienta bien a nuestro cuerpo y a qué hora digiere mejor la fruta.

¿Este verano no pruebo la fruta?

En absoluto. Como explicábamos al principio, la fruta es buena por su cantidad de vitaminas, minerales y oligoelementos. Pero hay que elegir la fruta que se compra. Lo ideal es consumir frutas de temporada por razones tanto ecológicas (huella de carbono mínima) como de economía doméstica.

En el caso de las frutas de verano, compremos melocotones, ricos en fibra y en provitamina A. La sandía y el melón son otras de las frutas imprescindibles. El melón aporta potasio y en bastante rico en azúcares (por tanto, hay que consumirlo de manera espaciada). Por su parte, la sandía tiene vitamina C, un gran aliado para la vitalidad de los vasos sanguíneos.

Las frutas rojas son las otras grandes protagonistas del verano. La temporada de fresas llega a su fin, aunque aún puedan consumirse y podamos aprovecharnos de su vitamina C. En su defecto, las frambuesas, muy ricas en antioxidantes, las ciruelas y las manzanas rojas, al final del verano, son otros grandes aliados para nuestra salud.

¿Qué frutas hay que comer menos?

Todas aquellas que contienen grandes cantidades de azúcares. "Especialmente las cerezas, que en verano son la estrella de las frutas. Una cereza contiene 13 gramos de azúcar por cada 100 gramos, algo parecido a los higos. Las uvas aportan 15 gramos de azúcar por cada 100 gramos", explica Nathalie Viana, especialista en nutrición.

Para esta experta, hay que diversificar el consumo, alternando las más azucaradas con las más ligeras. "Tres piezas de fruta al día son suficientes. En cuanto a sus propiedades hidratantes, son inferiores a las del agua. "Para hidratarnos, nada mejor que un buen vaso de agua fresca (no helada). Las frutas nunca hidratan tanto como el agua. Y tomarlas en exceso no sería bueno ni para nuestra salud ni para nuestro bolsillo", asegura la nutricionista.