En España siempre hemos sido unos abanderados de la dieta mediterránea, la mejor del mundo, y precisamente la que nos ha llevado a estar durante años en el top mundial de países con alimentación saludable. Bien es cierto que tenemos todos los ingredientes para seguir siéndolo y es que, hasta Harvard, eminencia en el mundo de la nutrición, ha elaborado su plato ideal basándose en lo que hay en cualquier cocina española. Sin embargo, este año no estamos ni en el podio mundial. La adherencia a la dieta saludable en todo el mundo ha mejorado cerca de 1,5 puntos entre 1990 y 2018, no demasiado, pero en nuestro país estamos peor que hace 30 años, de acuerdo con el último estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición de la Universidad Tufts.
Estados Unidos, Vietnam, China e Irán son los países que más han mejorado en estas tres décadas, seguidos de Tanzania, Nigeria y Japón, pero su alimentación sigue estando lejos del ideal. Han empezado a tomar más legumbres, frutos secos y verduras no almidonadas, pero también se ha aumentado el consumo de carne roja y procesada, bebidas azucaradas y sodio, lo que contrarresta su puesto en el ranking.
Para hacerlo, los investigadores han revisado más de mil encuestas elaboradas en 185 países, midiendo los patrones alimenticios tanto de adultos como de niños y escalando los resultados del cero al cien. Los resultados variaban desde el 30,3 en América Latina y el Caribe, hasta un máximo de 45.7 en el sur de Asia. La media de países se sitúa en el 40,3, la nota española, mejor que la media europea, pero peor que la de los demás países con adherencia a la dieta mediterránea.
La mala alimentación es una de las principales causas de enfermedad en todo el mundo, responsable de aproximadamente el 26% de la mortalidad prevenible mundial y, con esta encuesta, solo diez países siguen unos patrones saludables y aceptables, lo que representa menos del 1% de la población mundial. En el top 4 se sitúan Vietnam, Irán, Indonesia e India, mientras que a la cola están Brasil, México, Estados Unidos y Egipto.
En un mundo en el que la vida ‘healthy’ está más de moda que nunca, resulta especialmente llamativo que, comparando por edades, los adultos mayores coman más saludable que los más jóvenes. Al igual que las mujeres lo hacen mejor que los hombres. Por otro lado, el nivel socioeconómico y educativo también es relevante. Los adultos con mayor nivel de estudios y los niños con padres con mayor nivel académico son los que llevan una mejor calidad dietética en general, que va empeorando a medida que los niños crecen.
Este estudio puede ser una referencia para empezar a tomar medidas gubernamentales para mejorar los niveles de obesidad, que están alcanzando cifras máximas y, también, para estimar cómo los diferentes aspectos de las dietas deficientes pueden contribuir al riesgo de sufrir determinadas enfermedades en todo el mundo.