Cómo evitar tentaciones en el súper: "No hay que ir ni triste ni enfadado"
Hablamos con Virginia Troconis y Pablo Ojeda, autores del libro ‘Comida, vamos a llevarnos bien’, para que nos cuenten qué otros factores son importantes para no sucumbir a las tentaciones.
Las emociones influyen mucho en la forma en la que elegimos los alimentos en el supermercado
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Seguro que alguna vez has escuchado que el momento en el que vas al supermercado es crucial a la hora de meter los alimentos en la cesta de la compra. Una de las recomendaciones más extendidas es no acudir con hambre, en su defecto, es mucho mejor hacerlo con el estómago lleno. Sin embargo, no es la única consideración que debes tener en cuenta. Hablamos con Virginia Troconis y Pablo Ojeda, autores del libro ‘Comida, vamos a llevarnos bien’, para que nos cuenten qué otros factores son importantes para no sucumbir a las tentaciones.
Menú pensado y lista de la compra en mano
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Ir a la compra sin hambre es de cajón. Si vas a una hora que coincide con la comida, tu cerebro y tus papilas gustativas están deseando comer y tienes todas las papeletas para acabar en los pasillos del picoteo. De hecho, si te fijas, las promociones de comida siempre las ponen a la una a las dos de la tarde. Nunca te vas a encontrar a alguien ofreciéndote croquetas a las cuatro porque nadie las probaría ni las compraría. “La planificación del menú semanal también es importante. Si hoy vas a cocinar pollo y dentro de 3 días también, es mejor comprar y congelar, así te ahorrarás una visita al supermercado y las tentaciones asociadas a ella”, explican los autores.
Por eso, es fundamental ir con la lista de la compra en mano y, a ser posible, con el tiempo justo, así iremos a tiro hecho y no al tuntún. En línea con esto, está la importancia de hacer un buen batch cooking. "Como has comprado de más, es mejor prepararlo y congelarlo. Así, cuando llegues a casa, no caerás en la tentación de picar cosas rápidas y poco saludables" añaden.
Ojo con las emociones
De acuerdo con un estudio, lo que se considera como consumo bulímico, es decir, el de productos que no dan respuesta a una necesidad real sino a una sensación o estímulo, se sitúa en torno al 1 y el 11,3%, aunque los expertos creen que el porcentaje actual es muy superior, sobre todo entre las mujeres.
Las emociones influyen y mucho en la forma en la que vamos a comprar. Al final, muchas veces utilizamos lo alimentos para paliar estados de ánimo y también los asociamos a otros. "Es muy importante no ir ni triste ni enfadado, porque esas emociones e impulsos muy primarios pueden hacer que tomemos decisiones equivocadas", concluye Ojeda.