Hace tiempo que autoridades sanitarias y de consumo han puesto de manifiesto la necesidad de reducir el consumo de carne en los hogares para reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera y, con ello, el calentamiento global. Por eso mismo se anima a la población a ir reduciendo en la cocina la carne y sustituirla por otros productos, como el pescado, ya que algunos de los productos del mar son mejores nutritivamente para nosotros y para el planeta que la carne roja, por ejemplo.
A través de una investigación del Instituto de Investigación RISE, en Suecia, analizaron datos de 200 diferentes especies de pescados y mariscos, tanto de piscifactorías como pescados en el mar. De esta manera, se buscaron en los productos un total de 21 nutrientes beneficiosos para nuestro organismo, como el hierro, el omega 3 o diferentes vitaminas, como la B12. No obstante, no solo se quedaron en ese estudio, también midieron dos valores que son perjudiciales: el sodio y los ácidos grasos saturados.
Así, analizaron esos pescados y mariscos, comparándolo también con carne de cerdo, pollo y ternero. Combinando todos esos datos, resultó que 43 especies de pescados y mariscos emitían muchos menos gases contaminantes en el proceso de captura, conservación y venta frente a las carnes de animales terrestres, especialmente la carne roja.
En un informe publicado en la revista Nature, se mostró cómo la aportación nutricional de los productos marinos era mayor, a la vez que contienen unos bajos niveles de grasas.
“Los mariscos prometen ayudar a satisfacer las necesidades nutricionales con un bajo impacto climático. El mayor beneficio de nutrientes con las emisiones más bajas se logra consumiendo especies de pequeños pelágicos y salmónidos capturados en la naturaleza, y bivalvos de cultivo como mejillones y ostras”, se explica en la publicación científica.
De esta manera, entre los pescados más recomendados están el salmón rojo y el rosado, las anchoas, los arenques o la caballa, mientras que entre los mariscos se prefieren los mejillones y las ostras. Por ello, en lo referente a la búsqueda de proteínas en el mar, más allá de la carne de animales terrestres, hay que poner el ojo especialmente en los pescados azules y otros, como destaca la investigación, como la caballa o el salmón.
Eso sí, si hay que intentar reducir el consumo de carne, también hay que hacer uno moderado de pescado para evitar la sobrepesca y evitar aquellos que contengan mercurio.