Siempre pasa. Por mucho que lo intentemos, siempre hay una fruta o una verdura que se ha puesto mala antes de que la consumamos. Aparecen unas manchas verdes y blancas… el moho. Muchas veces lo vemos en una esquinita y por evitar el desperdicio de comida, lo retiras y lo consumes igualmente. Pero ¿y si aun retirando la parte mala siguiese siendo perjudicial para la salud? Pues sí, lo es. Así que mejor tirarlo, por mucha pena que te dé, a la basura.
En el momento en el que aparece el moho no solo afecta a la parte pocha, también a esa que parece que está totalmente sana. La propia Organización Mundial de la Salud señala que cuando sale el moho los alimentos se ven invadidos por toxinas fúngicas que se extienden por todo el alimento. Aunque se nos venga a la mente las frutas, por las que estas toxinas se expanden más fácilmente, como las manzanas, fresas o tomates, también ocurre en el pan de molde, en la mermelada e incluso en la carne.
Una vez quitamos la parte que se ve, parece que el alimento está perfecto, pero esos hongos siguen ahí, aunque no se vean ni se huelan. Lo que sí pueden hacer es causar una intoxicación tras su consumo.
Por eso mimo deben irse siempre a la basura, porque tampoco desaparecen al ser cocinados. Es decir, ni desaparecerá de la carne, ni tampoco de las frutas si las utilizamos para hacer mermeladas o compotas, por ejemplo.
No obstante, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) establece tres excepciones de alimentos que sí se pueden consumir pese a que haya moho. Uno de ellos es el jamón o el salchichón, embutidos a los que se les puede retirar la parte afectada y disfrutarlos sin ningún problema.
Otro caso son los quesos duros, como el manchego, que tienen poca humedad. En estos casos la OCU aconseja retirar la parte con moho y unos dos centímetros extra para asegurarse de que no quedan restos y que el resto de la pieza está limpia. Y pese a que las frutas y las verduras hay que tirarlas, las que tienen una carne más firme, como la zanahoria o el pimiento, se pueden consumir si se le retira la parte afectada de la misma manera que al queso.