Seguro que, en más de una ocasión, has dudado antes de freír de nuevo con un aceite usado: ¿es seguro utilizarlo varias veces?, ¿dará mal sabor a la comida?, ¿me sentará mal? Aunque es obvio, si vas a utilizar un aceite de oliva para freír algo, después no lo puedes utilizar para otra cosa que no sea también freír. No puedes aliñar una ensalada o hacer algún alimento a la plancha, pero ¿sabes cuántas veces lo puedes utilizar para freír?
La verdad es que no se recomienda reutilizarlo mucho, ya que cada vez que expones el aceite de oliva a unas altas temperaturas, este se altera y, si lo utilizas más de dos veces, puede llegar a ser malo para la salud. La razón es muy simple.
Cuando tu sometes a altas temperaturas un aceite de oliva, sus ácidos grasos producen una sustancia llamada aldehídos. Además, un aceite usado puede hacer que los alimentos lo absorban más, sepan o huelan raros… A esto se le llama contaminación cruzada.
Muchos de los consumidores de aceite de oliva suelen desechar el aceite después de haber frito o cocinado con él o, incluso, lo reutilizan muchas más veces de las recomendadas, sin saber que esto supone un grave peligro para la salud.
Ahora que sabemos que las altas temperaturas son un gran enemigo del aceite de oliva virgen extra, ¿cuántas veces puedo reutilizar el aceite de oliva? A pesar de que hay una división de opiniones, nosotros adaptamos la que recoge la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), avalada por diversos estudios científicos alrededor del mundo.
Así, la OCU determina que el aceite de oliva virgen extra puede reutilizarse hasta en 25 ciclos de fritura, siempre y cuando se den las condiciones ideales.
Como bien dice la OCU, 25 veces es el número máximo de usos que podemos darle a nuestro aceite de oliva virgen extra, siempre y cuando esté en buenas condiciones. De esta manera, no supone ningún riesgo para nuestra salud. ¿Y qué pasa si reutilizamos el aceite de oliva más de lo recomendado? Sencillamente, estaremos poniendo en peligro nuestra salud.
Principalmente, el aceite de oliva, al reutilizarse demasiadas veces, puede formar polímeros grasos en su composición. Estos son cadenas de carbono muy largas que nuestro hígado no procesa adecuadamente en el metabolismo y envía a través de la sangre a las células. El problema radica en que corren el riesgo de depositarse en los vasos sanguíneos y favorecer tapones.
Además, los radicales libres que se componen son agresivos y producen oxidaciones en las células, acelerando su envejecimiento y mutaciones del material genético. Debido a su degeneración, el aceite de oliva reutilizado pierde sus propiedades humectantes que impiden que el alimento se deshidrate mientras se cuece, por lo que la fritura perderá calidad, notándose en la textura y el sabor del producto que se cocina.