¿Cuántas veces puedo usar el mismo aceite de oliva para freír?

Seguro que, en más de una ocasión, has dudado antes de freír de nuevo con un aceite usado: ¿es seguro utilizarlo varias veces?, ¿dará mal sabor a la comida?, ¿me sentará mal? Aunque es obvio, si vas a utilizar un aceite de oliva para freír algo, después no lo puedes utilizar para otra cosa que no sea también freír. No puedes aliñar una ensalada o hacer algún alimento a la plancha, pero ¿sabes cuántas veces lo puedes utilizar para freír?

La verdad es que no se recomienda reutilizarlo mucho, ya que cada vez que expones el aceite de oliva a unas altas temperaturas, este se altera y, si lo utilizas más de dos veces, puede llegar a ser malo para la salud. La razón es muy simple.

Cuando tu sometes a altas temperaturas un aceite de oliva, sus ácidos grasos producen una sustancia llamada aldehídos. Además, un aceite usado puede hacer que los alimentos lo absorban más, sepan o huelan raros… A esto se le llama contaminación cruzada.

Muchos de los consumidores de aceite de oliva suelen desechar el aceite después de haber frito o cocinado con él o, incluso, lo reutilizan muchas más veces de las recomendadas, sin saber que esto supone un grave peligro para la salud.

Ahora que sabemos que las altas temperaturas son un gran enemigo del aceite de oliva virgen extra, ¿cuántas veces puedo reutilizar el aceite de oliva? A pesar de que hay una división de opiniones, nosotros adaptamos la que recoge la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), avalada por diversos estudios científicos alrededor del mundo.

Así, la OCU determina que el aceite de oliva virgen extra puede reutilizarse hasta en 25 ciclos de fritura, siempre y cuando se den las condiciones ideales.

Recomendaciones para reutilizar el aceite de oliva

  • Es muy importante controlar la temperatura de cocinado, especialmente en las frituras. Cuando se fríe, un aceite de oliva virgen extra no debe superar los 180ºC, es decir, no debe llegar a echar humo. Para realizar una correcta fritura, se necesitan 160ºC.
  • Antes de freír los alimentos, debemos asegurarnos que están lo más secos posibles. El alimento no debe soltar agua al entrar en contacto con el aceite de oliva, ya que el agua favorece la descomposición del aceite.
  • Aunque parezca buena idea, no tapes la sartén cuando haya aceite. Hacer esto solo hará que se condense el vapor y que este caiga, en forma de agua, al aceite de oliva.
  • Después de cada uso, ¡asegúrate de filtrar el aceite de oliva! Así conseguiremos retirar posibles restos sólidos procedentes de los alimentos que hemos cocinado.
  • Los recipientes que se utilicen para almacenar el aceite ya usado han de ser de vidrio para impedir la entrada de luz o de acero inoxidable. Evitemos siempre los envases de cobre, hierro y plástico.
  • Intenta mantener siempre que puedas el aceite de oliva reutilizado en un lugar fresco y fuera del alcance de la luz.
  • Dale el mismo uso al aceite de oliva ya utilizado. Es decir, si has utilizado ese aceite para freír, vuelve a utilizarlo para el mismo fin, no para, por ejemplo, sofreír.
  • No mezcles aceite de oliva nuevo con uno usado.
  • Cuando notes que tu aceite comienza a presentar un color oscuro y denso, aunque no haya alcanzado los 25 usos, ¡es el momento de cambiarlo por uno!
  • Una vez queramos tirar ese aceite de oliva, recomendamos llevarlo a un punto limpio o a algún punto de recogida de residuos. En estos sitios, el aceite de oliva se manipula correctamente y se destina a fabricar biodiesel. Tirarlo por el fregadero acaba colapsando las depuradoras, además de contaminar el medio ambiente.

¿Qué pasa si lo utilizamos en exceso?

Como bien dice la OCU, 25 veces es el número máximo de usos que podemos darle a nuestro aceite de oliva virgen extra, siempre y cuando esté en buenas condiciones. De esta manera, no supone ningún riesgo para nuestra salud. ¿Y qué pasa si reutilizamos el aceite de oliva más de lo recomendado? Sencillamente, estaremos poniendo en peligro nuestra salud.

Principalmente, el aceite de oliva, al reutilizarse demasiadas veces, puede formar polímeros grasos en su composición. Estos son cadenas de carbono muy largas que nuestro hígado no procesa adecuadamente en el metabolismo y envía a través de la sangre a las células. El problema radica en que corren el riesgo de depositarse en los vasos sanguíneos y favorecer tapones.

Además, los radicales libres que se componen son agresivos y producen oxidaciones en las células, acelerando su envejecimiento y mutaciones del material genético. Debido a su degeneración, el aceite de oliva reutilizado pierde sus propiedades humectantes que impiden que el alimento se deshidrate mientras se cuece, por lo que la fritura perderá calidad, notándose en la textura y el sabor del producto que se cocina.