Oyes, pero no entiendes. Si te hablan en voz baja, no consigues descifrar qué te están diciendo. Ambas son dos señales de un inicio de sordera, una enfermedad que suele desarrollarse con la edad. La presbiacusia es la pérdida de audición que ocurre con el envejecimiento. Según datos de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), la presbiacusia o pérdida auditiva causada por la edad afecta al 20% de la población a partir de los 60 años, al 30% entre los 65 y 70 años, y al 70% a partir de los70.
Se trata de una pérdida gradual, en la que primero desaparecen los sonidos agudos, se conservan los graves, y se dejan de oír consonantes como la ‘s’. Si no se pone remedio a tiempo, el problema será mayor. La buena noticia es que se puede prevenir y que la alimentación juega un papel preponderante.
Una alimentación equilibrada que contenga los macronutrientes y micronutrientes esenciales en su concentración adecuada puede ayudar a reducir la degeneración neurosensorial asociada a la exposición al ruido y al envejecimiento, y proteger frente a las infecciones de oído. Así lo refleja la última edición del Informe Mundial de la Audición elaborado por la Organización Mundial de la Salud. Por ello, es muy importante seguir una buena alimentación, evitando el consumo de tóxicos y fomentar buenos hábitos de vida, para tener una audición saludable.
"La falta o escasez de nutrientes en nuestro organismo constituye uno de los factores de riesgo modificables de la pérdida auditiva. De hecho, está muy relacionada con la carencia de nutrientes como la vitamina A, el zinc y el hierro”, explica José Luis Blanco, jefe de audiología del fabricante de audífonos Oticon. Asimismo, patologías relacionadas con la dieta, como el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes o la obesidad, son factores que también pueden contribuir a la pérdida auditiva, según señala la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), que también destaca cómo los alimentos con alto contenido en azúcar o las bebidas alcohólicas pueden asociarse a la pérdida auditiva relacionada con la edad. Además, las vitaminas A, C y el magnesio también se asocian con la protección del sistema auditivo frente a los daños producidos por el ruido.
En general, todos los alimentos que mantengan operativo el sistema inmune van a ayudarnos tanto con la pérdida de audición como con la mayoría de patologías. En especial, los expertos aconsejan consumir los siguientes nutrientes:
En caso de notar cualquier señal de pérdida auditiva o molestias en la capacidad de oír, los expertos recomiendan acudir a un especialista en audición para que pueda hacer una revisión y valorar si existe algún problema para dar con la solución lo antes posible.