Cocinar es todo un arte que incluye también precisión y disciplina, pero por mucho que sigamos la receta al pie de la letra, puede ser que el resultado no sea el esperado. Esto pasa en muchas ocasiones con las frituras, que queremos que queden perfectas y acaban rebosando aceite.
La fritura consiste en sumergir un alimento en aceite caliente hasta que se cocine bien por dentro, quedando crujiente por fuera. Algunos productos, como las patatas, las verduras, el pescado o elaboraciones como las croquetas, son perfectas para ello.
Los expertos en nutrición destacan que lo mejor es cocinar sin mucha grasa o con un bajo contenido en aceite, no obstante, hay recetas en las que se necesita, como en este caso, casi a la fuerza. Por eso, si queremos hacer estos platos más saludables, es aconsejable quitar el exceso de aceite que pueden absorber durante el proceso de fritura. Te contamos como hacerlo.
El aceite de oliva es el más saludable a la hora de freír, aunque parezca que las frituras no son saludables, lo cierto es que muchas veces depende del producto que utilicemos. Y los expertos han demostrado que algunos alimentos, como las verduras, fritos en aceite de oliva virgen extra (AOVE) mejoran su capacidad antioxidante al transferir el aceite sus fenoles a los vegetales.
Además, el aceite de oliva es el más estable a altas temperaturas, lo que permite mantener bien y durante más tiempo los grados necesarios para llevar a cabo una fritura adecuada, pues supone que los alimentos se frían rápidamente y absorban menos cantidad de aceite que con otro tipo de grasas.
Si los alimentos se acaban de descongelar suelen tener exceso de humedad lo que hace que al freírse absorban mucho más aceite. Es muy importante secarlos antes de meterlos a freír. Esto ocurre mucho con las patatas fritas, por eso es bueno secarlas con papel de cocina, esto no solo ayuda a quitar el exceso de agua, sino que también tendremos unas patatas fritas mucho más crujientes y con mucho menos aceite.
El pescado y las verduras también suelen tener más agua de la deseada a la hora de freírse, en este caso es conveniente pasarlos por harina antes de freírlos para evitar que absorban tanto aceite. Y, en el caso de que vayamos a freír directamente productos congelados, como las croquetas, intentaremos evitar que tengan cristales de hielo, ya que esa agua contribuirá a que el resultado sea peor y también que nos podamos quemar durante la fritura.
Para que la fritura quede perfecta es mejor freír los alimentos de poco en poco. Es preferible hacer muchas tandas en pequeñas cantidades o en porciones pequeñas que llenar el cestillo en exceso. Haciéndolo de poco en poco se cocinarán correctamente por todos lados y de manera más rápida. Hacerlo todo de una vez, para evitar hacer varias tandas, tiene como resultado que alimentos pegados entre ellos, convirtiéndose en una masa y absorbiendo mucha más cantidad de aceite, sobre todo si hablamos de croquetas.
Escurrir los alimentos una vez fritos es fundamental, para ello, podemos utilizar una rejilla metálica o el tradicional papel de cocina absorbente. Con ello lograremos retirar el exceso de aceite que hayan absorbido los alimentos y haciendo que sean más ligeros. Eso sí, el proceso de escurrir, sobre todo si usamos papel, debe ser rápido porque, si lo dejamos mucho tiempo, podríamos perder el crujiente que proporciona la técnica de la fritura.
Como alternativas a los fritos existen pequeños electrodomésticos que “fríen” sin aceite, como las freidoras de aire. Similar a un horno eléctrico pequeño, este equipo utiliza un moderno sistema que le permite repartir el calor de manera homogénea, logrando reducir el uso de aceite en un 97%, pero manteniendo los sabores y texturas de tus preparaciones favoritas.