"Soy celíaca, no rica": el movimiento que pide ayudas para afrontar la cesta de la compra sin gluten
La dieta sin gluten de un celíaco supone un sobrecoste de 800 euros al año por persona
La Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten denuncia que es la única enfermedad cuyo tratamiento no está subvencionado por el Estado
¿Cuál es el mejor modo de detectar una intolerancia alimentaria?
Ser celíaco no solo supone un problema de salud que complica el día a día a la hora de ir a comer a un restaurante o hacer la compra, sino que significa un buen agujero en el bolsillo, ya que los precios de los productos sin gluten pueden duplicar o incluso triplicar su importe. De hecho, la dieta de un celíaco puede suponer un sobrecoste de hasta 800 euros al año por persona. Una carga económica que muchas familias no pueden asumir.
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Sin gluten y sin pasta
La Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten lamenta que la enfermedad celíaca es la única cuyo tratamiento no está subvencionado por el Estado. Por eso reclama al Ministerio de Sanidad ayudas económicas para las personas que padecen esta intolerancia alimentaria. Este domingo se concentraron a las puertas del ministerio que preside Mónica García bajo el lema 'Sin gluten y sin pasta. Ayudas económicas ya'.
La asociación reclama seguir el ejemplo de otros países europeos, como Italia, Portugal, Reino Unido o Dinamarca, que "llevan años dando ayudas económicas para subvencionar parte del tratamiento de la enfermedad celíaca", según explica su portavoz, Roberto Espina.
Este colectivo reclama también las siguientes medidas:
- La obligatoriedad de ofrecer menús sin gluten en comedores colectivos.
- Favorecer el diagnóstico e investigación de la enfermedad.
- La introducción de la figura del nutricionista en el Sistema Nacional de Salud.
Una campaña de recogida de firmas en la plataforma de Change.org tiene el objetivo de "lograr apoyo y una mayor visibilidad de estas reivindicaciones tan necesarias para el colectivo celíaco y sensible al gluten".
Síntomas a los que estar alerta
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad celíaca son variadas e inespecíficas, y pueden ser digestivas o extradigestivas. En ocasiones, los síntomas son tan leves que pasan desapercibidos, hablándose de "enfermedad celíaca asintomática".
Los síntomas digestivos predominan cuando la enfermedad se manifiesta a edades tempranas, e incluyen vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor y distensión abdominal, estancamiento del crecimiento, falta de apetito o carácter irritable. Cualquiera de estos síntomas puede aparecer aislado o en combinación con otros, y pueden ser leves o acusados.
Los síntomas extradigestivos se dan con mayor frecuencia a edades más tardías, en niños mayores, adolescentes y adultos, y pueden afectar a distintas funciones del organismo, siendo de tipo reumático, osteomuscular, endocrino, dermatológico, ginecológico, reproductivo, neurológico o psiquiátrico.
La mayoría de las personas con enfermedad celíaca tienen uno o más síntomas antes de que se les diagnostique y comience el tratamiento. Los síntomas generalmente mejoran y podrían desaparecer después de que la persona comienza a comer una dieta sin gluten, aunque si consume pequeñas cantidades de gluten podrían reaparecer.
La forma asintomática de la enfermedad predomina en los grupos de riesgo, que son los familiares de un paciente celíaco (padres, hermanos, hijos), las personas afectadas por enfermedades inmunológicas (especialmente diabetes mellitus tipo 1, tiroiditis autoinmune y déficit selectivo de inmunoglobulina A) y las personas que sufren los síndromes cromosómicos de Down, Turner, o Williams.