Llevar una buena alimentación es fundamental para prevenir ciertas enfermedades que pueden acompañarnos toda la vida, como puede ser la diabetes, distintos tipos cáncer, cardiopatías y, por supuesto, la obesidad. En los últimos años, se ha incrementado, de forma significativa, la conciencia sobre la importancia de mantener una alimentación equilibrada, no obstante un estudio de Juice Plus+, deja más que claro que el consumo medio mundial de frutas y verduras es inferior a las cantidades recomendadas y que existe una confusión generalizada entre lo que se come y lo que se debería comer.
El estudio ha analizado las tendencias, creencias y comportamientos de 32.000 personas procedentes de siete países distintos: Reino Unido, Francia, España, Alemania, Italia, Polonia y Estados Unidos y revela que en el caso de España, solo se consume el 29% de la ingesta recomendada de frutas y verduras diarias, siendo el consumo medio mundial de frutas y verduras de 271 gramos al día, sin llegar a los 400 gramos que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 66% de los encuestados en el estudio, destacan que el plátano se encuentra en el podio de su fruta favorita.
El consumo de plátano en España es muy elevado, no solo por su magnífico sabor, sino porque se trata de una de las frutas perfectas nutricionalmente hablando. Fuente de carbohidratos, gran aporte de vitaminas, fuente de minerales, protege nuestro corazón, reducen la fatiga y el cansancio, previene la anemia, estimula el sistema nervioso, regula la función intestinal… son solo algunos de los beneficios de esta fruta tropical. Pero para consumirlos en su momento óptimo primero tenemos que comprarlos en la frutería y guardarlos de la manera correcta en casa.
El color de la piel del plátano es un indicador de su punto de maduración y por lo tanto sus diferentes propiedades:
Una vez que hemos escogido el plátano perfecto, ha llegado el momento de conservarlo en casa. Las altas temperaturas y el calor son los grandes enemigos del proceso de maduración de las frutas, especialmente de los plátanos.
Para conservarlos mejor y que no se cambie el radiante color amarillo o verdoso por el negro en un abrir y cerrar de ojos, existe un truco genial que no te llevará más de cinco segundos. Para conseguirlo, solo tienes que poner un trozo pequeño de papel de aluminio o filme transparente envolviendo el tallo de estos. Después, quita el envoltorio cuando quieras comerte uno y vuélvelo a poner para que el resto se siga conservando bien.
Es importante también tener en cuenta que los plátanos nunca deberían conservarse en la nevera, pues se recomienda dejarlos siempre a temperatura ambiente, al tratarse de una fruta tropical. No obstante, los expertos aseguran que, si la cocina es cerrada y, por lo tanto, no tiene una buena ventilación ni un ambiente fresco, los plátanos pueden guardarse en el frigorífico.
Además, para que los plátanos se conserven por más tiempo es muy importante no dejarlos al sol ni en medio de una corriente de aire, puesto que madurarían muy rápido y en cuestión de pocas horas se pondrían negros.
Debemos de evitar siempre envolver los plátanos en papel de periódico porque, aunque es cierto que esta técnica permite aislar la humedad y conservarlos durante más días, es una práctica poco higiénica por la tinta.
Otro error muy común es guardar el plátano pelado. Recuerda que las frutas siempre deben pelarse en el momento de su consumo, no antes. En este sentido, el plátano no solo se conservaría mucho peor, también podría absorber los aromas e incluso sabores de otros alimentos.
También hay que tener en cuenta que el plátano es un fruto de los denominados climatéricos, es decir, que sigue madurando una vez recolectado, por eso durante el proceso desprende gas etileno, acelerando la maduración de otras frutas. Lo mejor es guardar los plátanos separados del resto de frutas y hortalizas para impedir la contaminación cruzada.