La alimentación es uno de los principales pilares de nuestra vida y, por tanto, de nuestra salud. Lo que comemos repercute directamente sobre todo nuestro organismo, ya lo dice el refrán: “somos lo que comemos”. Un gran error que se comete muchas veces en la cocina es prestarle toda la atención a la materia prima, al alimento principal de nuestro plato, pero hay otros factores que influyen en el sabor, y por tanto también en nuestra salud, que deberían cuidarse más, como los condimentos.
Hay quien con un par de especias tiene su cocina resuelta, mientras que otras personas cuentan con una gran variedad de ellas, con la sal y la pimienta como las grandes protagonistas de cualquier cocina. Gracias a los condimentos los platos ofrecen sabores mucho más potentes y personales y, dependiendo del que uses, también pueden ser beneficioso para la salud.
Y muchas de esas especias tienen un impacto especial sobre el cerebro, la retención de la información y la memoria. Algunas como la cúrcuma o el jengibre han demostrado sus beneficios, pero quizá no son tan conocidos los efectos que tiene el romero sobre la memoria y que desde la Universidad de Harvard la psiquiatra Uma Naidoo recomienda.
El romero es una hierba muy utilizada en la cocina mediterránea, de donde es originaria, aunque no a todo el mundo le es agradable su sabor. Eso sí, a quienes les gusta pueden aprovechar todos sus beneficios condimentando sus platos.
Introducirlo en la dieta puede ayudar en la prevención e incluso en la capacidad de retrasar la aparición del alzhéimer, ya que algunos estudios han señalado que sus propiedades logran proteger a las células del cerebro del daño oxidativo, llegando a mejorar en algunos casos la función cognitiva en fases iniciales de la enfermedad.
Lo cierto es que el romero cuenta con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que tienen un efecto positivo sobre la función cognitiva a medida que se envejece y en las neuronas. Y no solo se habla de su consumo, ya que su aroma también repercute directamente sobre la memoria y la concentración.
Por su parte, también cuenta con un efecto carminativo, con un efecto directo sobre el sistema digestivo al disminuir la producción de gases y, por tanto, las flatulencias y los gases. Además, también provoca que se expulse más fácilmente la bilis de la vesícula o un mejor flujo de sangre. A todo ello también se le suma un efecto diurético, antiséptico o antiulcerogénico, entre otros.
No solo puede utilizarse como condimento en carnes, pescados, pastas o salsas, también como infusión. Eso sí, pese a sus beneficios, no hay ni que abusar de su consumo ni sustituir un tratamiento médico por su ingesta y, en caso de duda, consultar siempre al médico para saber si su consumo está indicado en cada caso individual.