Según un estudio publicado en The BMJ, se ha llegado a la conclusión de que la vitamina D puede prevenir problemas cardiovasculares en personas mayores tras analizar a más de 20.000 personas de entre 60 y 84 años.
Los investigadores subrayan que la diferencia absoluta de riesgo fue pequeña, pero afirman que se trata del mayor ensayo de este tipo realizado hasta la fecha, y que está justificada una evaluación adicional, sobre todo en personas que toman estatinas u otros fármacos para enfermedades cardiovasculares. Las enfermedades cardiovasculares como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, van a aumentar a medida que la población siga envejeciendo y las enfermedades crónicas se hagan más frecuentes, siendo hoy en día una de las principales causas de muerte en todo el mundo.
La vitamina D es una vitamina liposoluble considerada una hormona por muchos especialistas porque actúa en prácticamente todos los órganos y sistemas del organismo. Es fundamental para la salud de los huesos, los dientes y la absorción del calcio a nivel intestinal. Además, desempeña un papel esencial en el sistema nervioso, muscular e inmunitario. También contribuye a la prevención del raquitismo infantil, enfermedad que causa debilitamiento y deformación de los huesos. En los adultos, previene la osteomalacia, que genera dolor óseo y debilidad muscular. Asimismo, se está investigando si también tiene relación directa con enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el cáncer y la esclerosis múltiple.
Beneficios de la vitamina D
Los estudios en medicina vinculan los niveles adecuados de vitamina D a los siguientes beneficios:
Salud ósea en general y prevención de la osteoporosis.
Disminución del riesgo de presión arterial alta y de enfermedades cardíacas.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, la vitamina D reduce el riesgo de padecer cáncer de colon, mama, páncreas y próstata.
Fortalece el sistema inmunulógico y protege contra diferentes virus como la gripe o el resfriado común.
Minimiza el riesgo de padecer esclerosis múltiple y artritis reumatoide.
Juega un papel importante en el mantenimiento de la función cognitiva, la cual se va deteriorando con el paso de los años.
Más de la mitad de la población mundial presenta un nivel de vitamina D por debajo del recomendado, y España, como ya hemos señalado, no es una excepción. Para aumentar el nivel de vitamina D en el cuerpo, hay tres vías: a través de la piel (exposición solar controlada), la alimentación y los suplementos. El cuerpo produce vitamina D de manera natural tras la exposición a la luz solar, pero la sobrexposición puede ocasionar envejecimiento de la dermis y cáncer de piel, por lo que algunas personas carentes de vitamina D la obtienen mediante un suplemento dietético.
En este sentido, los suplementos dietéticos ricos en vitamina D pueden ser recomendables, sobre todo, durante la infancia y la vejez, pero siempre bajo prescripción facultativa, ya que es fundamental que el médico especialista indique la frecuencia y la cantidad necesaria que se debe tomar. Hoy en día estos suplementos están disponibles en diferentes formatos, como cápsulas, ampollas, perlas, viales, etc.
Alimentos ricos en vitamina D
El aceite de hígado de bacalao. Una simple cucharada de este aceite puede cubrir nuestras necesidades diarias de vitamina D. También aporta vitamina A y ácidos grasos Omega 3, por lo que se trata de un alimento muy nutritivo.
El pescado azul. El salmón, el atún, la trucha, el arenque, el bonito, las sardinas o la caballa son pescados azules y grasos que tienen un alto contenido en vitamina D. Aportan también proteínas y Omega 3.
El marisco. La familia de los mariscos son alimentos ricos en vitamina D. Aunque las ostras son las que más aportan, también lo hacen las gambas, los langostinos o las almejas, que resulta mucho más accesibles.
Los huevos. Tienen un alto contenido de proteínas con un gran valor energético, pero también son ricos en vitamina D, especialmente en su yema: si solo se usa sus claras, se perderá el nutriente.
Los lácteos. Otros de los alimentos ricos en vitamina D los encontramos en la leche y los yogures enteros, la mantequilla y los quesos grasos como el gouda o el parmesano. Si se toman lácteos desnatados, es recomendable que estén enriquecidos con vitamina D, dado que es un nutriente liposolubre y, por tanto, se encuentra en la grasa.
Las setas. Los champiñones, por ejemplo, junto a otras setas y hongos, son alimentos muy ricos en vitamina D. Una recomendación: antes de consumirlos se pueden poner un rato bajo el sol, porque incluso una vez cosechados siguen absorbiendo los rayos de sol y transformándolos en vitamina D. De esta manera, aumentarán el nutriente y su consumo será mucho más beneficioso.
El hígado. Cualquier hígado de origen animal es rico en vitamina D. Por ejemplo, el del conejo o el de ternera, la cual, como el pollo, son dos carnes muy ricas en esta vitamina.
El aguacate. De los alimentos de origen vegetal, el aguacate es el más rico en vitamina D. Pero, además, tiene ácidos grasos cardiovasculares, otras vitaminas como la C y la E, la provitamina A y minerales como el potasio, el calcio o el magnesio.
Las angulas. Es uno de los alimentos más ricos en vitamina D: por cada 100 gramos aporta 110 microgramos de este nutriente. Por desgracia para muchos, es un alimento que no se puede consumir a diario debido a su elevado coste, algo que también sucede con el caviar.