¿Cuánto embutido puedo tomar a la semana?
¿Por qué el embutido es perjudicial para la salud? ¿Son todos iguales? ¿Qué alternativas tenemos?
El nutricionista Aitor Sánchez explica por qué la carne roja procesada aumenta los riesgos de enfermedades cardiovasculares y cáncer de colon
Cinco alimentos que debes evitar en la cena para dormir mejor
Salchichón, mortadela, chorizo o jamón son algunas de las opciones más socorridas por los españoles cuando hay que preparar aperitivos para un cumpleaños, una merendola o cualquier ocasión especial. Tiramos de ellos incluso en desayunos y cenas. El nuestro es históricamente un país de embutidos, tanto que según la OMS multiplicamos por ocho el consumo de carne procesada recomendado, lo que significa multiplicar los riesgos de enfermedades cardiovasculares y cáncer de colon.
¿Por qué es perjudicial? ¿Son todos los embutidos iguales? ¿Qué alternativas tenemos? Estas son algunas de las preguntas que resuelve el nutricionista Aitor Sánchez en una nueva entrega de ‘¿En qué quedamos? Por Mi dieta cojea’, el formato de vídeo de Uppers que despeja dudas comunes sobre nuestra dieta o hábitos alimenticios y de consumo.
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Un conjunto no tan inocuo como creíamos
Sabemos desde hace mucho tiempo que la carne roja es perjudicial para la salud, pero solo en la última década hemos empezado a entender las causas. Ahora sabemos que el conjunto de exceso de sal, nitritos, nitratos y hierro homo que contiene no es tan inocuo como creíamos. Y cuanta mayor cantidad consumamos, mayores serán los riesgos. Por eso, la directriz de salud pública actual es reducir todo lo posible el consumo de embutido. No debería superar los 20 gramos al día. Y no deberíamos comer más de una o dos veces por semana.
Y sí, es cierto que no todos los embutidos son iguales. Hablamos de un grupo muy heterogéneo. Los de carne roja son peores que los de carne blanca. Es decir, que el cerdo es más perjudicial que el pavo, y cuanto más se procese obviamente será peor. Si tuviéramos que hacer un gradiente, los más perjudiciales serían las salchichas, el chóped o la mortadela; seguidos de un grupo más curado como el chorizo o el salchichón; después los fiambres de ave, pavo o pollo; quedando el jamón y el lomo embuchado como los menos procesados, aunque, eso sí, siguen siendo embutidos.
Qué evitar en la cena para dormir mejor
Otra duda muy común concierne a nuestro reposo nocturno y a los alimentos que deberíamos evitar en la cena para dormir mejor. Una dieta mediterránea favorecerá el descanso gracias a su alto contenido en proteínas y grasas saludables. Habría que limitar el consumo de quesos o platos con mucho queso, debido a la gran cantidad de sal que contienen, elemento asociado a una peor recuperación. También conviene limitar las bebidas que contengan cafeína, como el café, el té, los refrescos de cola y las bebidas energéticas. Y siempre procuremos dejar un tiempo prudencial -al menos 90 minutos- entre la cena y la cama.