Cuando ir al supermercado está más cerca de una película de ciencia-ficción que de ir a la compra, pretender que los productos frescos se mantengan como el primer día una semana después de su compra es casi imposible. Por eso, es importante conocer las claves para conservarlos impecables y sacar su máximo partido. La refrigeración, el orden que guarden en la nevera, el envasado y la colocación son los aspectos básicos que tendremos que tener en cuenta.
No todas las verduras o frutas van a la nevera. Algunos productos deben ir al frigorífico y otros a la despensa, siempre alejados de la humedad. Algunos, incluso, necesitan madurar a temperatura ambiente y conservarse en frío. Las cebollas, por ejemplo, se pueden guardar en lugares oscuros y a temperatura ambiente, siempre alejadas de la humedad. Otros, como el tomate, dependen de cuándo quieras consumirlos. Si están maduros y vas a comerlos enseguida es mejor dejarlos fuera de la nevera, de esta manera el sabor es más intenso.
Los plátanos, aguacates y piñas pueden madurar en casa. Son de las frutas que mejor se adaptan al consumo de la cuarentena. Por último, las llamadas verduras de IV gama -aquellas que vienen lavadas, troceadas y envasadas- son idóneas para estos días. Se conservan perfectas en el frigorífico y tan solo hay que sacarlas de su envase para preparar un plato saludable y sabroso.
Ahora recuerdas que algunos espacios de tu nevera tienen señales. Sí, algún dibujo de lácteos o huevos, algún indicador de temperatura… Están ahí por algo. Las temperaturas demasiado bajas pueden deteriorar el alimento. Por eso, colocarlo en el sitio adecuado dentro del frigorífico es esencial para su buena conservación. La gran mayoría de fabricantes ya incluyen en las neveras cajones especiales para guardar frutas y verduras. La balda que queda justo encima de los cajones suele ser el punto más frío. "El secreto de la conservación de nuestros vegetales para ofrecerlos al consumidor lo más frescos posible es mantenerlos a una temperatura de 1-4 grados durante todo el proceso de producción. Esto es algo que podemos continuar en casa, conociendo bien nuestra nevera, de modo que coloquemos cada alimento en el lugar idóneo", explica Miren Aierbe, asesora culinaria de Florette.
Si eres consumidor de alimentos ya envasados, las normas de higiene y seguridad están aseguradas. En las verduras al vacío, se ha eliminado el oxígeno para impedir la oxidación. En las que se venden en bolsa, en la mayoría de ellas el oxígeno se ha sustituido por nitrógeno, un gas que mantiene las propiedades organolépticas intactas. Tras su apertura, basta con refrigerar el alimento sobrante y consumir lo antes posible.
En el caso de las frutas y verduras que compramos a granel es importante sacar el producto del envoltorio y cambiarlo a una bolsa perforada o de papel, o bien en un recipiente.
Frutas y verduras tienen unas características y tiempos de maduración diferentes entre sí. Por tanto, si juntamos unas frutas o verduras que maduran más tarde con el resto que lo hacen antes, acaban por estropearse. ¿Por qué? Existen dos tipos de frutas y verduras: las que producen gas etileno y las que son sensibles a este gas. Si las mezclamos, cambiaremos los tiempos de maduración: las productoras de etileno harán que las otras maduren antes. Las frutas y verduras productoras de etileno son manzanas, plátanos, melones, aguacates, uvas, mangos y tomates. Las sensibles al etileno: piñas, zanahorias, patatas, calabacines, brócolis, hortalizas verdes y berenjenas. Intenta no mezclar en el mismo sitio ejemplares de distinto tipo.