“Hago dieta y no adelgazo”: por qué es tan complicado conseguirlo sin ayuda de un profesional
Solo el 5% de las personas que hacen dieta sin supervisión adelgazan
Reeducación alimentaria, ejercicio físico y apoyo psicológico son las bases de cualquier proceso de adelgazamiento
Lo has intentado. Todos lo hemos hecho. Alguien te ha contado lo bien que le ha funcionado una dieta y tú, sin pensarlo, te has subido al carro. Pero no, a ti no te ha ido bien. ¿Por qué?, te preguntarás. Gontrad López – Nava, director de la Unidad de Endoscopia de la Obesidad del Hospital HM Sanchinarro explica las razones por las que es tan complicado perder peso sin la ayuda de un profesional de la salud.
Solo el 5% de las personas que hacen dieta sin supervisión adelgazan
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El dato es aterrador. "El 95% de las personas que intentan adelgazar solas fracasan porque no pueden controlar su apetito", afirma el doctor. Es decir, que la ansiedad juega un papel fundamental en la ecuación. Es el caso de María Herrero, de 63 años. "Llevo a dieta desde hace, por lo menos, 15 años. Cuando empecé con al premenopausia mi cuerpo empezó a cambiar y gané cada vez más volumen. He hecho muchas dietas: cetogénicas, tradicionales, de sustitutivos, pero al final, solo he adelgazado cuando un nutricionista me ha ido controlando. Es cuando te lo tomas en serio de verdad", cuenta.
La historia de María es muy normal. "Es casi imposible que una persona que está acostumbrada a comer sin restricciones consiga mantener en el tiempo una dieta que reduce drásticamente las cantidades y el tipo de alimentos", apunta López – Nava. Todo proceso de adelgazamiento debe ir acompañado de una reeducación que solo un profesional puede llevar a cabo.
¿Cómo controlo la ansiedad?
"Mi problema llega por las noches y los fines de semana. Puedo estar controlando mi comida durante semanas pero, de repente, llega un día que pienso: bueno, por un poco no pasa nada. Y sí que pasa, te engañas y echas a perder lo que has conseguido hasta el momento. Y si, además, no hay un médico que te haga un seguimiento te terminas dando por vencida. Al final si hay alguien que te controle y al que dar explicaciones es más sencillo", relata María.
Es una cuestión, en parte, psicológica. Saltarse la dieta y tener que contarlo en alto es un proceso complicado. Se pasa mal y por lo tanto se intenta evitar. "Si no ayudamos al paciente a reducir su apetito y a controlar la ansiedad, tarde o temprano volverá a sus antiguas costumbres con la frustración y sentimiento de fracaso que esto implica", añade el director.
El profesional cumple, por lo tanto, una doble función. Por un lado, es el encargado de pautar cómo debe comer el paciente y por otro lado, debe darle el apoyo y la confianza para que consiga los objetivos establecidos. "La vergüenza de no haber avanzado porque sabes que has hecho algo mal, te ayuda a cumplir lo pautado", asegura María.
Mecanismos contra el apetito
En los casos más extremos, en los que el sobrepeso supone un verdadero problema para la salud y es necesario perder muchos kilos, los doctores ofrecen mecanismos quirúrgicos para aumentar la sensación de saciedad.
"Las técnicas endoscópicas, sin cirugías, reducen considerablemente el apetito. Es una técnica segura que no requiere anestesia, solo una ligera sedación con la que el paciente puede volver a su vida normal en menos de 24 horas", afirma López – Nava. Eso sí, es importante que se estudie cada caso y se valore si es adecuado o no para cada paciente. Resulta un proceso beneficioso sobre todo para aquellas personas que no consiguen saciarse y terminan picando entre horas.
Reeducación alimentaria, ejercicio físico y apoyo psicológico son las bases de cualquier proceso de adelgazamiento. "Con estos tres pilares, a los que se le puede sumar la modificación de estómago, si el paciente lo requiere, el porcentaje de éxito se eleva del 5 al 85%", concluye el director de la Unidad de Endoscopia de la Obesidad del Hospital HM Sanchinarro