¿Qué son las calorías emocionales?
Utilizar la comida para intentar solucionar los momentos marcados por una desestabilidad emocional es un error
En España, el 53,8% de la población declara tener problemas de peso, un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad
La psicóloga Rosa Calvo Sagardoy, autora del libro ‘Despensa de las emociones’, explica a qué nos referimos con este término
La comida está íntimamente relacionada con las emociones, tanto es así que solemos recurrir a ella cuando algo no está del todo bien. Para el estrés, comemos, para paliar la tristeza, también. La realidad es que, en ocasiones, no somos conscientes de la dimensión afectivo-emocional que le damos a los alimentos. La psicóloga Rosa Calvo Sagardoy, autora del libro ‘Despensa de las emociones’, explica a qué nos referimos con el término calorías emocionales y las claves para afrontar la vida de forma más consciente y con un mayor número de recursos cognitivos y emocionales para aliviar nuestras dificultades psíquicas.
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"No solo somos un cuerpo, tenemos una mente que hay que alimentar con conocimiento y un espíritu que necesita de la sabiduría. La comida nos ha servido muchas veces como medicina emocional para llenar nuestro vacío o calmar la ansiedad. Comer nos ayuda a regular la emoción, a estar tranquilos, pero también a ocultar problemas relacionados con la salud mental", explica la autora.
Pese a lo que se suele pensar, las calorías emocionales no son las que ingerimos para paliar nuestro estado mental, sino las que provienen de otras actividades y crean en nuestro cerebro la misma satisfacción que la comida. "Son las que nos permiten estar a gusto con la vida que estamos llevando. Hay que incluir las calorías emocionales en nuestra vida cotidiana y equilibrarlas con las calorías alimentarias".
Comer bien requiere una buena alimentación y un propósito ilusionante y significativo en la vida, es el punto en el que la salud mental se une con la física. Estar activo requiere hacer ejercicio físico, reducir las actividades sedentarias y activar nuestra mente con nuestras decisiones y proyectos. El problema de la sociedad es que ya no nos enfrentamos a un sedentarismo físico, sino que viene unido a un sedentarismo mental.
La pandemia ha desequilibrado la balanza
De acuerdo con un estudio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), más del 44% de la población engordó entre 1 y 3 kg en los primeros confinamientos. Actualmente en nuestro país, el 53,8% de la población declara tener problemas de peso, un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad. No es de extrañar que estos datos estén relacionados con el auge de las dietas milagro y los trastornos de alimentación.
"Muchas veces cuanto más controlas, hay una mayor probabilidad de obtener el efecto contrario. Las restricciones hacen que luego el deseo de comer sea más fuerte y se potencien, por ejemplo, con atracones y picoteos", apunta la experta. Utilizar la comida para intentar solucionar los momentos marcados por una desestabilidad emocional es un error. "Hay que comer de una manera equilibrada. El conflicto se produce cuando la comida te está sirviendo para tapar tu ansiedad, tu frustración", añade.
De ahí que el concepto 'despensa emocional' forme parte del tratamiento de patologías relacionadas con el peso en algunos hospitales como el de La Paz de Madrid. El contenido de La despensa emocional pone en valor la carga emocional del comer y su importancia, tanto en la crianza del infante como en el desarrollo equilibrado del adolescente o el adulto.