Con 211 votos a favor y 148 en contra, el primer ministro Boris Johnson ha sobrevivido a la moción de censura impulsada por una escisión de su propio partido. Los rebeldes del Partido Conservador aseguran que la victoria es hueca y que seguirán batallando para que se marche tras su vergonzoso comportamiento y el impacto del ‘Partygate’.
El premier se ha jactado de victoria y, de acuerdo con ‘The Times’, ha llegado a decir a los diputados que "lo haría otra vez", en referencia a su presencia en las fiestas del covid en Downing Street que él mismo ha definido una y otra vez como "eventos de trabajo" pese a haber sido multado con 118 euros por la policía.
Las celebraciones, en pleno confinamiento y financiadas con dinero público son, según la oposición y algunos miembros de su partido, motivo suficiente para arrepentirse, cosa que Jonhson no ha hecho, es más solo ha pedido disculpas a medias. La psicóloga Teresa Terol y los expertos de TherapyChat nos explican las claves para pedir perdón y admitir que te has equivocado.
Reconocer un error y pedir perdón es un verdadero ejercicio de valentía, humildad y crecimiento. El miedo al qué dirán, al fracaso o a la imperfección nos lleva a que tendamos a justificarnos y poner excusas en lugar de asumir lo que ha ocurrido, esto se intensifica cuando nos encontramos en puestos de poder, en los que cualquier equivocación puede ser susceptible de poner en entredicho nuestra idoneidad para el puesto.
El problema de esto es que estamos desarrollando el ‘efecto tirita’, que tapa la herida, pero no la sana y que hará que a medio y largo plazo aparezcan repercusiones. Desde TherapyChat aseguran que eso nos lleva a forjarnos una autoestima irreal, que se basa en la perfección. “Negar los errores, equivocaciones e incluso limitaciones, nos aleja de nuestro verdadero yo, de nuestra esencia. El amor propio no implica reconocer únicamente las cualidades positivas y obviar las que, a nuestro parecer, son negativas”.
También, limita nuestros vínculos afectivos ya que, al no asumir nuestra responsabilidad, nos impide empatizar con los demás, comprenderlos y crear vínculos saludables con ellos. Por todo esto, aprender a reconocer errores es de vital importancia. “Hay que asumir tu parte de responsabilidad, ya que hacer explícito el error, fomenta la honestidad con nosotros mismos y con el resto y nos lleva a poder empatizar, tanto con nosotros mismos, como con el resto de las personas implicadas”, nos explican.
La clave para afrontar un error está en cómo lo procesamos, en el significado que le damos, y no tanto en el error en sí mismo. Cuando nos piden explicaciones de algo, como le ha ocurrido a Boris Jonhson, es porque consideran que hemos hecho algo mal y tienen sus razones para hacerlo. El problema que nos encontramos aquí es de asertividad.
“Si en lugar de pedirnos una explicación nos la exigen, la reacción normal es no querer darla, porque de alguna forma nos dan razones para no hacerlo al sentirnos atacados”, nos cuenta Teresa Terol. Cuando pasa esto, es fundamental que evitemos tres actitudes.
“El primer error básico es contraatacar. Suele ser la reacción más normal y no nos lleva a buen puerto. Después, intentamos negar lo que hemos hecho o minimizar el daño con frases del tipo ‘no es para tanto’ o ‘no exageres’. La tercera fase es el sobrecastigo. Tendemos a fustigarnos y eso no es sano, es importante medir las reacciones y recordar que tenemos derecho a equivocarnos y cometer errores”, concluye la psicóloga.