Geena Davis explica su calvario hasta que le diagnosticaron TDA a los 40: "Era una tortura"
La actriz de Thelma y Louise se sincera sobre su experiencia como paciente del Trastorno de Déficit de Atención
"Cuando fui a terapia, a los 40 años, supe que no era una mala persona, sino alguien con un trastorno en su cerebro"
"Algunas parejas me han dejado porque vieron que no era capaz de empezar ni acabar nada"
"Siempre he creído que había algo que no funcionaba en mí, una especie de secreto que debía ocultar y pensé que tenía un fallo de personalidad. De pequeña, en el colegio, no podía empezar ni acabar algunas cosas. Cuando había trabajos que hacer o exámenes que estudiar con días de antelación, no podía. Y veía que era la única a la que le pasaba eso. Yo pensaba: "nadie puede saberlo". Era una especie de tortura". Así comienza la actriz Geena Davis su reveladora confesión sobre lo que ha supuesto el Trastorno de Déficit de Atención a lo largo de su vida. Lo ha hecho para el canal de la periodista Elizabeth Day y su confesión ha resultado un alivio para más de una persona que se siente en la misma situación.
Diagnosticada a los 40
Lamentablemente, Davis no supo que padecía un trastorno de la personalidad hasta llegar a los 40. Hasta entonces, pensaba que algo extraño pasaba en su carácter, sin llegar a saber qué, algo que llegó a influir en su vida de pareja. "No es que impactara hasta el punto de no poder mantener mi vida amorosa, pero sí sentía cierta mirada, como que no era suficiente, no me aprobaban. Eran cosas del tipo 'mira cómo está la casa, es un desastre'. Una de mis parejas me dejó porque no logré comprar las sillas del comedor. No podía creerlo, pero realmente lo vio como un fallo de mi carácter. No era capaz de empezar ni de acabar nada", explica la actriz en el canal de Elizabeth Day.
En recientes entrevistas, la actriz de 'Thelma y Louise' aseguró que durante toda su vida había cargado con una "pesada carga de culpa" sobre esta falta de atención. A los 40 años empezó a ir a terapia y tras unas cuantas sesiones el terapeuta le confirmó que tenía un Trastorno de Déficit de Atención.
Alivio
El diagnóstico le supuso un gran alivio. "Pensé que había algo malo en mí porque no empezar ni acabar un montón de cosas. Me sentí culpable durante muchos años. Pero cuando el terapeuta me explicó que había una razón y que yo no era una mala persona, empecé a sentirme mejor", aseguró la actriz en una entrevista al programa de televisión 'Loose Women'.
El Trastorno de Déficit de Atención se caracteriza por mantener un comportamiento impulsivo y una dificultad para concentrarse. Son los síntomas principales, aunque no siempre se experimentan en la misma medida.
Las mujeres son más proclives que los hombres a padecer este trastorno, aunque también son más difíciles de diagnosticar, ya que tienden a interiorizar o enmascarar sus síntomas.
Diferencias entre adultos y niños
En los adultos, los síntomas son más difíciles de apreciar porque son más sutiles que en los niños. Sin embargo, los más notorios son falta de atención a los detalles, incapacidad para concentrarse en una tarea, dificultad para manejar el estrés y empezar nuevas tareas sin haber acabado las anteriores.
Durante toda su vida, Davis se sintió incómoda con su incapacidad a la hora de emprender proyectos o desarrollar su vida social. "Nunca fui hiperactiva, así que pensé que no podía tener ningún problema de déficit de atención. Pero sí me daba cuenta de que no podía empezar a hacer algunas cosas, del trabajo o de casa. Y que tampoco era capaz de acabarlas. Hasta ahora no he sabido que no era un fallo de mi carácter, sino algo relacionado con mi cerebro", explicó la actriz en el mismo programa de televisión.
Trastorno de Atención y maternidad
Esa incapacidad para acometer nuevos proyectos, junto a la poca estabilidad de su vida sentimental, hizo que la actriz, que hoy tiene 66 años y tres hijos, no fuera madre hasta los 46 años. Cuando tuvo a Alizeh, de 20 años, y a los gemelos Kian y Kaiss, de 18, admitió sentir que "había evolucionado". "Doy gracias por haber tenido a mis hijos más allá de los 40 años. Me gustaría haberlos tenido antes, pero tuve que esperar. Mi idea era que cuanto más esperara, habría madurado más". Por lo que reflejan estas declaraciones respecto a la aceptación de su estado mental, parece que los años no han pasado en balde. Davis es hoy una mujer asentada y cómoda en su piel.