Que las altas temperaturas no favorecen al sueño, los sabe cualquiera que haya intentado conciliarlo en una noche de 28 o 30 grados en plena ola de calor. Pero lo cierto es que el problema del sueño en nuestro país no se presenta solo en el verano. Si, como decía Calderón de la Barca, 'la vida es sueño', España no vive. O no vive bien. Según datos oficiales de la Sociedad Española de Neurología, de antes de la pandemia (el próximo sondeo se realizará en 2024), ya habían entonces unos 4 millones de personas con problemas serios de sueño. Si consideramos que una de las secuelas posibles del Covid afecta directamente el sueño, la perspectiva es muy poco alentadora.
Además, un 25% de niños no duerme las horas que debe (y ya sabemos que si no duermen los niños, tampoco duermen los padres), y la media de sueño entre los adultos está alrededor de las seis horas. Como se sabe, lo recomendable, según la Organización Mundial de la Salud, son entre siete y nueve horas.
Como te contábamos aquí entre los factores que afectan el sueño está el uso indiscriminado de pantallas antes de dormir. Casi todas las personas adultas en la actualidad revisa el móvil en la cama y, al contrario de lo que aconsejan los especialistas, no apaga o deja el móvil fuera de la habitación. Esto compromete particularmente la producción natural de melatonina lo que hace que cada vez recurramos a suplementos de la propia hormona o, peor aún, a hipnóticos o ansiolíticos.
Según una encuesta de 40db para Uppers, cinco de cada diez personas de más de 45 años y el 71% entre los menores de 45, miran WhatsApp justo antes de acostarse y nada más levantarse por las mañanas. Esta costumbre puede perjudicar nuestro descanso.
Según consigna el periodista Antonio Jiménez Barca en un reportaje publicado en el El País, el especialista Juan Antonio Madrid ha dirigido un estudio de la Universidad de Murcia con 10.000 personas a las que se les puso sensores en las muñecas de los para monitorear su su sueño. Del estudio se desprende que los españoles dormimos de media 6 horas 37 minutos. “Y en esto ocurre como con el PIB. Como con todas las estadísticas. Hablamos de medias. Y las medias son engañosas. Hay mucha gente que duerme habitualmente menos de 5 horas los días laborales”, dice Madrid en el reportaje.
La falta del sueño nos hace menos funcionales durante el día, pero no solo eso, no dormir adecuadamente potencia el riesgo de diabetes o enfermedades cardiovasculares y acelera el deterioro cognitivo, alzheimer o demencia. El periodo estival, con los que lleva de descanso, no siempre favorece al sueño, tanto por las altas temperaturas como por el enganche a los dispositivos o el descanso entendido como sedentarismo (o actividades de ocio nocturnas prolongadas) hacen que las dificultades para dormir se potencien en lugar de disminuir. Y conviene estar atentos.