Cómo aprender a enfadarse: "Hay que dejar de pensar en blanco y negro"
La coach Sonia Díaz Rois comparte con Uppers las herramientas para salir de los bucles negativos
"Trabajar el pensamiento que alimenta el enfado es fundamental"
"Cuando aprendes a enfadarte y dejas de conectar con tu lado más iracundo, los días se vuelven más tranquilos y relajados; además, disfrutas más de la relación contigo mismo y con los demás"
Focalizar en lo que nos parece más negativo de algo suele estar detrás de muchos enfados. Hay personas que, incluso, pueden hacer de ello una manera de vivir. Sonia Díaz Rois fue una de ellas. Su trabajo como supervisora, en permanente búsqueda de errores que solucionar, le hizo vivir en un bucle de enojo. Consiguió salir de él y se formó para ser Coach y Mentora especializada en Gestión de la lra y Eneagrama. Díaz Rois ha creado el Programa GTI (Gestiona Tu Ira), diseñado, precisamente, para esas personas que quieren superar esa manera de vivir en modo negativo. A lo largo de la entrevista con Uppers, Díaz Rois explica la importancia de saber enfadarse para alcanzar un estado muy parecido a la felicidad
¿Cómo impactan los enfados y esa especie de cabreos permanentes en las relaciones personales? ¿Suponen muchos divorcios?
MÁS
Samantha vuelve a 'Sexo en Nueva York': qué hacer para intentar recuperar una amistad de años
Bret Easton Ellis: "A mi 'yo' que escribió American Psycho le diría que se metiese menos coca"
José Luis Martín Ovejero, experto en detección de la mentira: "Si quieres saber si alguien miente, hazle muchas preguntas"
No dispongo de un dato concreto de divorcios a causa de ataques de ira, pero sí te puedo decir que muchas personas se interesan por la gestión emocional para evitar discutir con sus parejas. Muchos temas quedan sin resolver y se vuelven temas recurrentes, y no hay nada mejor para el enfado en un día a día que discutir siempre por lo mismo una y otra vez.
¿Qué es lo más recurrente?
Ese cansancio con el que se llega a casa, el hecho de dejar temas importantes para última hora y sacarlos cuando estamos agotados, discutir en el dormitorio… Todo esto daña mucho una relación ya que el enfado consigue alejar en lugar de aproximar. Acusarse el uno al otro sin tener la consideración de proponer llegar a un acuerdo y resolverlo, afecta a las parejas y estos temas suelen resurgir durante las vacaciones, y de ahí las separaciones de septiembre. Fomentar las conversaciones de calidad y tratar los temas personales como si se trataran de reuniones de trabajo, puede ayudar, ya que les estaremos dando la importancia que se merece.
¿Se puede aprender a controlar los enfados? ¿Cuánto tiempo supone cambiar este patrón?
En lugar de control me gusta hablar de gestión, ya que controlar lo entiendo como agarrar y encerrar. La gestión, en cambio, es darse cuenta, observar, cuestionar, generar ese margen que nos permite pensar y decidir qué es lo que queremos hacer sin necesidad de reaccionar sin más.
Sí, se puede aprender a gestionar el enfado para evitar que conecte con la ira, trabajando esos pensamientos previos que acompañan y dan paso a los estallidos incontrolados. Trabajar el pensamiento que alimenta el enfado es fundamental. Mi propuesta, que se conoce como Proceso GTI (Gestiona Tu Ira), consiste en un proceso de tres meses y consta de seis fases.
¿Qué consejos das para las personas que sufren ataques de ira?
- Caza tu pensamiento polarizado. Las personas que se enfadan más habitualmente suelen pensar en blanco y negro, está bien y está mal, me gusta o no me gusta. Entrena tu mente para detectar los grises y otros puntos de vista, menos radicales.
- Evita generalizar. Atención a cuando dices “siempre”, “nunca”, “todo el mundo”… Detecta estas expresiones y cuestiona si es cierto. Haz lo posible por buscar la excepción de esa generalización y, si es positiva, céntrate en ella.
- Gestiona tu enfado desde la calma. Si hay algo que te ronda, no esperes a explotar para plantear o buscar una solución. Empieza por observar el tema desde el amor y el humor. Posiblemente, un nuevo punto de vista te ayudará a empezar a hacer algo diferente.
¿Te cambia la vida ser capaz de enfadarte bien? ¿Qué ventajas tiene saber regular la rabia y la ira?
Cuando aprendes a enfadarte y dejas de conectar con tu lado más iracundo, los días se vuelven más tranquilos y relajados. Además, disfrutas más de la relación contigo y de la relación con los demás.