Ana Bella o cómo sobrevivir al maltrato y ayudar luego a cientos de mujeres: "El silencio nos hace cómplices"
Esta sevillana de 51 años huyó de las palizas y transformó su resiliencia en una red de mujeres que llega a 88 países y ayuda a más de 44.000 víctimas
Comparte con nosotros su experiencia en primera persona y algunas reflexiones valiosas para saber cómo podemos detectar la violencia y actuar
Cuando las mujeres de 65 años denuncian, llevan una media de 33 años soportando golpes y agresiones psicológicas
Ana Bella Estévez (Sevilla, 1972) se casó con 18 años y durante once años sufrió todas las formas de maltrato posibles por parte de su marido. "Decía que me pegaba porque me quería". Eso quería hacerle creer, pero finalmente logró huir con sus cuatro hijos. No sabía cómo saldría adelante, pero estaba convencida de que no se conformaría con un certificado que la acreditaba como víctima y un pequeño subsidio. Hoy es una de las mayores activistas del mundo contra la violencia de género y, a través de la Fundación Ana Bella, lidera una red que llega a 88 países y aglutina a más de 44.000 supervivientes. Su testimonio es desgarrador, pero necesario para saber cómo identificar la violencia de género cuando la sufres y cómo detectarla si la tienes próxima. Y, sobre todo, de qué modo actuar. Acaba de recibir el premio a la Acción Humanista 2023 de la Fundación máshumano, un impulso más para hacer que todos seamos agentes de cambio.
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¿Por qué nunca se le pregunta al maltratador por qué lo hace?
Lo lógico sería preguntarle a él, pero siempre se les pregunta y se les pide a las mujeres que rompamos el silencio, que denunciemos. Que hagamos esto, que hagamos lo otro. Nunca veo que se les pida a los maltratadores que dejen de maltratar. La violencia de género se acabaría si los hombres que la ejercen dejaran de hacerlo.
¿Ha podido entender la génesis de la violencia de género?
La génesis está en la desigualdad entre los géneros, en ese rol que ha asumido históricamente el hombre de superioridad de forma arbitraria y el rol que se le ha concedido a la mujer de sumisión, también de forma arbitraria. Una relación de violencia de género es una relación de dominio y sumisión. El que era mi marido me pegaba porque yo todavía tenía personalidad suficiente para rebelarme y él utilizaba la fuerza física para tenerme dominada.
¿Cómo se identifica una violencia de género sin agresión física?
Hay tantas y tantas mujeres que están completamente anuladas sin que haga falta ponerle la mano encima. Hay un castigo de silencio. Te dejan de hablar un montón de días y no sabes por qué. Están los insultos, vejaciones, humillaciones, desprecios, pruebas imposibles de superar.
También es violencia el control del tiempo, de las amistades, del dinero, no dejarte trabajar, decirte dónde, cómo y cuándo hacer el amor
También el control del tiempo, de las amistades, del dinero, el no dejarte trabajar, impedirte que estudies, las agresiones sexuales, decirte dónde, cómo y cuándo hacer el amor. A todas estas mujeres no les hace falta ponerle la mano encima ni llevar cardenales en la piel. Son las más invisibles y las más maltratadas. Las que más necesitan que la gente de alrededor las detecte y rompa el silencio por ellas.
¿En qué fallamos como sociedad para que esta lacra continúe con semejante fuerza?
Quiero apuntar que la violencia contra la mujer no es solamente una lacra. Es una violación de los derechos humanos que tiene dimensiones de pandemia global. Tampoco es un invento ideológico como creen el 20% de los jóvenes menores de 26 años, según la encuesta que hizo la FAD y con el Centro de Estudios Reina Sofía. La denuncia es difícil. El 36% de las mujeres no nos damos cuenta de que estamos siendo maltratadas. Parece surrealista, pero pasa. Yo tampoco lo sabía.
¿La edad es también una barrera para identificar el maltrato?
Las mujeres menores de 26 años tardan dos años en denunciar. Las mayores de 65 han soportado una media de 33 años de agresiones hasta pedir ayuda. Otra barrera son los estudios. Cuanto más alto es el nivel educativo, social, económico y profesional, más invisible es el maltrato. Hay otros factores, como el entorno rural, una discapacidad, escasez de recursos, depender económicamente del maltratador… Pero, sobre todo, está el miedo a que pueda cumplir sus amenazas.
Cuanto más alto es el nivel educativo, social, económico y profesional, más invisible es el maltrato
Solamente una de cada cinco mujeres maltratadas en España denuncia. ¿Quién debe actuar? La sociedad, la gente allegada a la víctima o a los maltratadores. Ahí es donde fallamos como sociedad. El silencio perpetúa la violencia y nos hace cómplices.
¿Cómo puede cambiar eso?
Desde la Fundación Ana Bella estamos trabajando con las empresas para enseñar a las plantillas cómo deben responder, qué señales de alarma pueden dar la pauta, qué formas hay de violencia de género y cómo ayudar a una mujer a romper el silencio. Creamos protocolos de detección, actuación y apoyo para que el lugar de trabajo sea un espacio seguro donde las mujeres puedan empezar una vida nueva.
¿La Fundación la formáis supervivientes?
Somos mujeres que hemos transformado el sufrimiento que vivimos y que nos estaba estigmatizando en experiencia, en empatía para ayudar a otras víctimas. Primero salimos en todos los medios de comunicación contando nuestras historias de superación para que nos vean otras mujeres expuestas a situaciones de violencia por parte de su pareja y se animen a romper el silencio.
Tampoco las jóvenes detectan las señales de alarma frente a relaciones abusivas
También vamos a empresas, institutos, colegios y universidades, porque las jóvenes tampoco detectan las señales de alarma frente a relaciones abusivas. Supervivientes jóvenes les cuentan su historia de superación y esas señales que ellas no vieron en su día. Logran así que otras alumnas la identifiquen y rompan el silencio. Es también una manera de conseguir que sus compañeros actúen como agentes de cambio.
Insistes en que la solución no es un subsidio, pero ¿cuántas carreras profesionales se frustran por culpa del maltrato?
El proceso es muy duro. Hemos ayudado a más de 8.000 mujeres a que empiecen a trabajar, pero no en cualquier trabajo. No por haber sido maltratadas se tienen que conformar con trabajos invisibles, poco remunerados y sin prestigio social, sino que deben trabajar acorde con sus aspiraciones personales y laborales.
No por haber sido maltratadas se tienen que conformar con trabajos invisibles, poco remunerados y sin prestigio social
Mediamos con las empresas para que ofrezcan esas oportunidades empoderadoras a las mujeres supervivientes. Hay que demostrarle a la sociedad que nosotras no somos el problema, sino parte de la solución.
Una vez roto el silencio, ¿qué necesita una mujer?
Queremos que la sociedad deje de vernos con el ojo morado y nos vea como parte de la solución, como mujeres valerosas y valientes que somos y capaces de contribuir al desarrollo de una sociedad en igualdad. ¿Qué necesitamos? Sobre todo, terapia psicológica para reconstruir el daño emocional y formación en empoderamiento para enfocar todas nuestras herramientas personales en atrevernos a soñar y soñar a lo grande. Las mujeres que hemos sido maltratadas tenemos lo que hace falta para cambiar el mundo.
¿Qué marca queda en un niño cuando presencia violencia de género?
Los hijos no son testigos, son víctimas también. Por lo tanto, es necesario que la orden de protección también les ampare y reciban terapia psicológica para reconstruirse como persona y con valores. Todas las experiencias en la vida nos dejan marcas y nos conforman como las personas que somos.
Tenemos mucha resiliencia y somos capaces de sanar, ver lo positivo dentro de la violencia a la que hemos sido expuestos y volver a ser felices.
Con terapia y apoyo del entorno, los niños y mujeres supervivientes tenemos mucha resiliencia y somos capaces de sanar, ver lo positivo dentro de la violencia a la que hemos sido expuestos y volver a ser felices.
¿Cómo se recupera la confianza en el ser humano?
El que era mi marido ejercía violencia de género sobre mí. Física, psicológica, sexual, económica, social, vicaria, luz de gas… Todos los tipos. La ejercía para moldearme a su forma, pero nunca pudo cambiarme y en mi interior yo seguía siendo la Ana Bella de siempre, que confiaba en las personas y amaba. Una vez que me separé del agresor, seguí siéndolo. No una víctima, sino una mujer superviviente con muchísimos valores y muy fuerte. Una mujer con una gran capacidad de amar.
Hay millones de hombres buenos con los que podemos tener relaciones sanas y ser muy felices. De hecho, estoy enamorada
No porque un hombre me haya maltratado he dejado de confiar. Hay millones de hombres buenos con los que podemos tener relaciones sanas y ser muy felices. De hecho, estoy enamorada, tengo una relación desde hace cinco años con mi pareja Lius y soy super feliz.
¿Qué puede hacer una lectora que desee sumarse a la red de mujeres Ana Bella?
Puede entrar en nuestra web o nuestro grupo privado de Facebook. También puede actuar como agente de cambio, ayudando a otras mujeres. Aprovecho para pedir a los maltratadores que dejen de maltratar y a cualquier persona conocedora de algún caso que rompa el silencio. Nuestro número es 667 233 133. Les podremos aconsejar.