Déficit de atención a los 50: ¿es cierto que puede ser positivo?
Sufrir TDAH puede ser perjudicial para las relaciones sociales y el rendimiento laboral, pero también implica una "inteligencia multisensorial"
La neurocientífica Ana Ibáñez explica que el TDAH en realidad supone una gran capacidad de atención, no una escasez de ella
Cuando el diagnóstico llega décadas tarde: "Tengo 46 y acabo de saber que sufro TDAH"
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una patología psiquiátrica que afecta en España a un 5% de la población infantil, pero puede diagnosticarse mucho más tarde, en la edad adulta. Son muchas las personas que han sabido que lo padecen pasados los 50. ¿Sus síntomas? Problemas de concentración, impulsividad, inquietud o falta de organización. Sufrirlo puede ser perjudicial para las relaciones sociales y el rendimiento laboral, pero también puede suponer ciertas 'ventajas' para la persona afectada si aprende a controlar sus aspectos negativos.
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Inteligencias que sufren
El TDAH es muy incómodo para quien lo padece porque le cuesta mucho mantener una atención prolongada sobre algo, especialmente si ese algo no le motiva. "Por eso este tipo de inteligencias sufren mucho, demasiado en la época de estudiantes, les cuesta adaptarse a sistemas rígidos donde no puedan conectar con sus talentos que son muchos", nos indica la ingeniera especialista en neurociencia Ana Ibáñez.
La experta explica qué les ocurre a las personas diagnosticadas con TDAH: "Su atención es capaz de iluminar tantos aspectos de la realidad, tienen un mundo tan lleno de elementos, que les cuesta forzarse a elegir solamente una parte de ellos para concentrarse. Más aún si, percibiendo tantos aspectos interesantes como les muestra su gran atención, se les obliga a concentrarse en aspectos que para ellos carecen de interés ¿Por qué centrarse solo en algo poco motivante y que no tiene un beneficio claro? Su cerebro se rebela contra ello".
Una extraordinaria capacidad de atención
Por ello, la neurocientífica se manifiesta en desacuerdo con el término déficit de atención, ya que en realidad lo que hay es una extraordinaria capacidad de atención, no una escasez de ella. "De esta gran atención proviene la dificultad para elegir solo una parte y concentrarse en algo concreto. Lo que existe, de nuevo, es una dificultad para mantener la atención sobre algo, es decir, para concentrarse", subraya.
Incluso podría cuestionarse si realmente el TDAH es un trastorno o más bien una característica, con sus aspectos negativos pero también positivos. Por ejemplo, la gran creatividad que tienen la mayoría de las personas con este perfil. Esa dispersión que puede causar tantos problemas también puede ser fuente de ideas novedosas y sorprendentes que no se les habría ocurrido al común de los mortales.
Inteligencias útiles para la sociedad
"Se trata de inteligencia multisensorial y abierta. Un tipo de inteligencia muy útil para la sociedad, pues las grandes ideas vienen de ella. Esta es la clase de inteligencia que poseen muchas personas exitosas por sus buenas ideas que han tenido periodos difíciles como estudiantes: artistas de todo tipo, escritores, deportistas, personas con gran creatividad en general. Muchos de los grandes nombres que conocemos asociados a nuevas ideas, descubrimientos o creación de contenido o belleza de cualquier tipo se relacionan con esta inteligencia", explica Ibáñez.
Cómo tratar a un cerebro sensible
Entonces, ¿cómo se puede ayudar a las personas diagnosticadas con TDAH? La autora de 'Sorprende a tu mente' (Planeta) lo tiene claro: "Tenemos que hacer que su cerebro encuentre la mayor calma emocional posible. Y lo primero es empezar por que se sientan queridos, valorados y entendidos. Estamos frente a cerebros sensibles".
"Sin duda recomiendo entrenamiento cerebral de armonización de frecuencias para desarrollar y madurar las áreas del córtex prefrontal izquierdo implicadas en la concentración. En casos muy puntuales se puede añadir medicación. Se aumentan y se refuerzan las conexiones neuronales en esa zona de forma que el cerebro aprende a concentrarse sin necesitar tanto estímulo positivo y motivación para hacerlo. Es un entrenamiento cerebral que desarrolla el “músculo” de la concentración", finaliza.