Pasados los 50 años es posible que nuestra autoestima se resienta. Somos más críticos con el reflejo del espejo y nos sentimos más inseguros, sobre todo si nos comparamos con los demás. La autoestima depende directamente del aprecio que tenemos por nosotros mismos. Si no nos apreciamos, nuestro cerebro interpreta que estamos en peligro. Hablamos con la ingeniera especialista en neurociencia Ana Ibáñez sobre cómo aumentar el valor que nos damos.
¿Por qué el cerebro interpreta que corremos peligro si no nos quieren? Pues "porque contar con alguien que te quiso al nacer y que te cuidó fue lo que te permitió sobrevivir", tal y como escribe Ibáñez en 'Sorprende a tu mente' (Planeta). El cerebro almacena toda la información emocional que recibe desde que llegamos a la vida. Y compara lo que siente con lo que ha aprendido que debería sentir.
Por eso, en primer lugar "se trata de revisar si la voz crítica que recibimos frente a algo que nos hace sentirnos de menos es una voz de ahora o viene del pasado donde hemos almacenado creencias equivocadas para sentirnos queridos. Encontrar la coherencia entre el pasado y el presente es fundamental para alimentar nuestra autoestima", explica la experta.
Tu cerebro fabrica autoestima cuando se siente a salvo con quién eres. Cuando le queda claro que lo que eres y lo que haces está bien, sin importar lo que piensen los demás. Al aceptar como lógico que se pueden hacer cosas bien y cosas mal se construye una autoestima sana. "Cuando te vengan pensamientos negativos y autocríticos, pregúntate si objetivamente, ahora en el presente, aquello por lo que te criticas tiene sentido. Pregúntate si lo verías criticable si tuviera que ver con tu mejor amigo en vez de contigo. Desmonta lo aprendido en el pasado con tus verdades del presente", subraya Ibáñez.
"Mucha de la baja autoestima viene de que nuestro cerebro no está midiendo bien el éxito y el fracaso. Se ha quedado obsoleto en su manera de mirar la realidad como niño, que suele verlo todo blanco o negro. Se pierde las posibilidades intermedias, que son fuente de grandes alegrías y avances para un ojo más experto. Oblígate a ver la situación desde tu madurez, desmontando los pensamientos negativos e infantiles que te invadan, y verás como te sientes mucho más querible", concluye la neurocientífica.
En definitiva, la clave de la autoestima está en sacar a la luz quién eres. En acallar las voces de la infancia que ya no te sirven para vivir de manera plena. Como decía Carl Rogers, pionero de la psicología humanista, "la autoestima es el coraje de ser uno mismo".