El miedo forma parte de nuestra vida. Ya sea a las alturas, a la oscuridad, a las arañas, a volar o los espacios cerrados, todos tenemos fobia hacia algo. En algunos casos, estas fobias vienen de un acontecimiento traumático o desagradable, pero en otros no hay un motivo que las explique.
Comprender y racionalizar los miedos que sentimos puede ayudarnos a combatirlos. En este sentido, una de las herramientas que puede ayudarnos a entender mejor nuestras fobias es la llamada “Pirámide del miedo”, una propuesta elaborada por el doctor Karl Albrecht e incluida en su libro Practical Intelligence que estructura los miedo y aporta información sobre su origen para poder entenderlos mejor.
Según Albrecht, que defendía que, al igual que Abraham Maslow había hecho una pirámide sobre las necesidades humanas, se podía hacer lo mismo con los miedos, solo existen cinco temores básicos, de los que nacen todos los demás. Esta es su pirámide.
El miedo a la extinción no se relaciona solo con la muerte, sino que se fundamenta sobre un concepto más amplio de la “no existencia” relacionado con la pérdida de uno mismo, con dejar de ser quién se es y con que todo lo que exista a nuestro alrededor deje de tener sentido.
Este apartado representa el primer nivel de la pirámide, y en él se incluyen todos los miedos relacionados con la desaparición y el olvido tras la muerte. De este miedo, además, nacen otros temores relacionados con la extinción, como el miedo a las alturas, a la oscuridad, a volar y otros semejantes.
Es el segundo piso de la pirámide y se relaciona con la mutilación y con sufrir daño físico. De este miedo nacen temores como el miedo a las agujas, a las arañas o incluso al dentista, en el que se teme que el cuerpo pueda ser vulnerado de algún modo.
En el tercer nivel de la pirámide se encuentra el miedo a dejar de valerse por uno mismo, y en este apartado se pueden englobar temores como a ser inmovilizado, envuelto o controlado por situaciones que escapan de nuestro control. El miedo al compromiso y la claustrofobia son algunos de los miedos que nacen de este nivel de la pirámide.
El miedo a la soledad, a carecer de las relaciones sociales, al abandono y a no ser amados o aceptados forma el cuarto escalón de la pirámide. Como seres sociales que somos, los humanos necesitamos crear relaciones con otros. Carecer de ellas puede desencadenar no solo miedos, sino también importantes problemas de salud mental.
El último escalón de la pirámide del miedo lo ocupa la vergüenza, el temor a hacer el ridículo frente a los demás y a no sentirnos competentes. O lo que es lo mismo: todos los conceptos que atenten contra el concepto de yo. En este apartado se pueden incluir temores sociales como el miedo a hablar en público, a ser el centro de atención o a conocer gente nueva, entre otros.