Los países nórdicos siempre están a la cabeza en la carrera por la felicidad. Y entre ellos destaca Noruega, que no solo alberga hermosos lagos y fiordos, sino que tiene una manera propia de disfrutar la vida, de ser feliz. Para ello tienen una palabra, el Kos, de complicada traducción, pero que vendría a describir un concepto en el que te encuentras en un lugar idílico, rodeado de tus seres queridos, a punto de degustar tu plato favorito, regado con tu bebida preferida y en un ambiente inmejorable: la felicidad en las pequeñas cosas de la vida.
La filosofía Kos tiene sus raíces en la rica historia y la profunda conexión de los noruegos con la naturaleza, algo parecido a los que sucede en Japón. Esto surge como reacción a la necesidad de equilibrar la vida moderna con la esencia tranquila y simple de los espacios al aire libre y los grandes paisajes. El Kos es en realidad una sensación de seguridad y confort, más que un momento puntual o una persona.
Casi cualquier actividad que pueda proporcionarnos un momento de placer se puede considerar Kos, aunque, al contrario que el hygge danés, va normalmente asociado a actividades que compartimos con más personas. No en vano, en origen el término se entendía como sinónimo de supervivencia en ambientes hostiles. En esas circunstancias, un fuego encendido y una comida en compañía de los más cercanos era importante poder superar lo más crudo de los inviernos largos, fríos y oscuros. Practicar el Kos es tan sencillo como positivo, aunque no hay recetas maestras. Cada uno debe identificar qué le hace feliz, pero sí hay tres puntos claves para aplicar este método:
En Noruega la conexión con la naturaleza es fundamental, y supone un recordatorio de la importancia de desacelerar y apreciar la belleza que nos rodea. Sus ciudadanos siempre están buscando oportunidades para sumergirse en entornos naturales, ya sea dando paseos por el bosque o disfrutando de la aurora boreal. Si vives en la ciudad, intenta encontrar tu propio pedacito de naturaleza. Un parque cercano o incluso unas plantas en tu balcón pueden ser reconfortantes.
Las relaciones sociales también son una parte central en la filosofía Kos. Los noruegos valoran mucho el compartir tiempo de calidad con sus amigos y familiares. Tampoco es necesario organizar una gran fiesta ostentosa. Basta con una cena tranquila o una tarde de risas con amigos para nutrir el bienestar emocional.
En la filosofía Kos el bienestar emocional, el cuidarse a uno mismo, juega un papel esencial. Respira hondo cuando sientas que la presión sube y piensa en las cosas buenas que te han pasado. El estrés puede combatirse con ayuda de las técnicas de atención plena, que se trata de algo tan simple como respirar profundo durante unos minutos concentrándote únicamente en la respiración. Es algo que puedes practicar en cualquier parte. Cuando las cosas no van como planeaste, la gratitud es tu mejor aliada. Incluso en los días difíciles, siempre hay pequeñas cosas por las que sentirse agradecido.