El abuso de Marlon Brandon en la escena de la mantequilla de 'El último tango en París' quebró de tal modo la vida de Maria Schneider que el resto de su existencia estuvo marcada por las adicciones y los intentos de suicidio. La actriz falleció en París, a los 58 años, en 2011 a causa de un cáncer. También Marilyn Monroe arrastró de por vida las secuelas de los abusos que padeció en su infancia, su paso por el orfanato y las relaciones tóxicas. Son solo dos actrices de muchos actores traumado en el Hollywood dorado, cuando aún no existía una técnica que hoy utilizan de forma casi generalizada los artistas, deportistas de élite y otras celebridades para superar sus traumas: el brainspotting.
Charlize Teron o Ariana Grande son algunas de las artistas que han usado brainspotting. También Mick Jagger, que fue diagnosticado con trastorno de estrés postraumático agudo a raíz del suicidio de su novia L' Wren Scott. La terapia la ideó el psicólogo norteamericano David Grand en 2003 como una forma efectiva de curar trastornos de ansiedad, fobias, depresión, dolor por los recuerdos o incluso algunas disfunciones sexuales. Descubrió, mientras trataba a un paciente, que al mirar hacia un punto conectaba con recuerdos de su cerebro más profundo. Desde entonces, atletas profesionales, artistas, líderes empresariales y supervivientes de traumas profundos, como los veteranos de la guerra de Irak, el 11 de septiembre o el mortífero huracán Katrina, han encontrado en este método un modo de avanzar.
La cantante Ariana Grande buscó sanación en esta terapia después de que su vida se viese sacudida por varios eventos trágicos, como la muerte de su exnovio Mac Mille o el atentado al finalizar su concierto en Manchester en mayo 2017. Ser objetivo de un ataque terrorista que se cobró 22 vidas, la mayoría fans adolescentes, le dejó un trastorno de estrés postraumático difícil de superar. El brainspotting curó parte de sus heridas psíquicas y desde entonces aprovecha sus entrevistas para recordar la importancia de invertir en bienestar mental. "Es el centro de toda experiencia humana. Me siento muy afortunada de poder contar con un apoyo terapeútico increíble y con la meditación".
El brainspotting se ha difundido por toda Europa incluida España. Desde Santander, Lucía G. Villaumbrosia, psicóloga de la clínica Rafael Cabeza, confirma que "los resultados son excelentes en personas con problemas emocionales que necesitan superar situaciones traumáticas. El paciente accede a aquellos pensamientos y sensaciones que parecen olvidados, pero realmente están significando un lastre en sus vidas, impidiéndoles avanzar. Se usa en problemas de ira, adicciones, estrés, desórdenes de ansiedad, fobias, traumas infantiles, trastornos de estrés postraumático, dolor crónico o dificultades en el control de los impulsos".
La terapia ha calado fuerte en el mundo de la interpretación. Una vez que el terapeuta le ayuda a liberar los bloqueos, el actor reduce la ansiedad y el miedo escénico, ayudar a mejorar el enfoque y la concentración y aumentar la creatividad y la espontaneidad. Actores como David Toney han contado su testimonio sobre cómo le ayudó a preparar el personaje de Otelo, de William Shakespeare, un hombre que sufrió durante toda su vida terribles ataques epilépticos. Le hizo sentirse en su propia piel y le pidió que recordase algún incidente de su infancia. De manera instantánea, le vinieron las imágenes de sus primeras convulsiones, con ocho años, a lomos del caballo de su padre. Ante el nerviosismo, el animal cayó al suelo y le pisoteó de tal manera que le dejó al borde de la muerte. El terapeuta lo que hace es observar el movimiento ocular en busca de señales que indiquen que se ha identificado un punto cerebral. Con un puntero guía la mirada del paciente a través de su campo de visión. "Aunque se trata de una terapia profunda, al paciente le resulta muy sutil", indica Villaumbrosia.
También empieza a ser muy reclamada en el ámbito deportivo. Según las investigaciones de la psicóloga estadounidenses Elizabeth Handy, es especialmente prometedor en el rendimiento de los deportistas. "Reduce la ansiedad por el desempeño porque ayuda a los atletas a identificar y liberar el trauma emocional o creencias limitantes que a menudo están en la raíz de la ansiedad por su rendimiento. Esto puede ayudar a los deportistas a sentirse más tranquilos y confiados en sus habilidades. Como consecuencia, mejoran el enfoque y la concentración y pueden rendir al máximo nivel bajo presión".
Igual que con otro tipo de pacientes, el brainspotting funciona, según Handy, accediendo al sistema límbico, que es la parte del cerebro responsable de las emociones y los recuerdos. "Cuando un terapeuta utiliza el brainspotting, identificará un brainspot, que es una posición de los ojos que se correlaciona con una sensación corporal que luego se conecta con el cerebro y se asocia con el bloqueo. Podría ser una ubicación específica del cuerpo, como un músculo o una articulación, o podría ser un área más general, como el pecho o el estómago. Una vez que se ha identificado el punto de detección, el terapeuta mantendrá el punto cerebral mientras el cerebro y el cuerpo hacen su trabajo".
A medida que esa persona se concentra en el punto de detección, puede comenzar a experimentar emociones o recuerdos asociados con el bloqueo. El terapeuta ayudará al cliente a procesarlos en un entorno seguro y de apoyo. Se interesa por su estilo de vida, personalidad o antecedentes familiares. En el caso de un atleta que necesita mejorar su rendimiento deportivo, se le pregunta si ha tenido algún conflicto con sus compañeros o entrenadores, si ha habido alguna lesión o enfermedad implicada causante de una pérdida deportiva, algún problema familiar o en sus relaciones, un cambio decisivo en su vida, alguna exposición a la violencia o una muerte de algún ser querido. El cuestionario se adapta al perfil del paciente.
"Durante la sesión -explica Villaumbrosia-, el terapeuta ayuda a identificar regiones específicas en su campo visual donde se activan recuerdos, emociones o sensaciones asociadas a un sufrimiento en el pasado. Al centrarse en esos puntos, el paciente llega a un nivel más profundo del cerebro, explora, procesa y libera la carga emocional. Es un proceso terapéutico transformador y muy efectivo. Permite al cerebro procesar las emociones de una manera natural y ofrece un camino hacia el bienestar de una forma duradera. Un trauma mal procesado provoca dolor emocional y físico, insomnio, trastornos de personalidad y de la conducta alimentaria, ansiedad y otros síntomas muy difíciles de curar si no es con una terapia dirigida a esa experiencia pasada".
El brainspotting fue votado como el tratamiento traumatológico más eficaz por los padres y supervivientes de la masacre de Sandy Hook, el tiroteo escolar que ocurrió el 14 de diciembre de 2012, después de un estudio de cinco años que comparó más de 25 modalidades terapéuticas. Los padres lo calificaron en primer lugar por su eficacia para tratar la pérdida traumática de sus hijos pequeños.