Cómo sobrevivir a un narcisista en el trabajo: "Alguien así te puede enfermar"
Uno de cada tres trabajadores dejaría su puesto de trabajo por salud mental
Según el escritor Álex Rovira, las personalidades narcisistas pueden crear ambientes de alta toxicidad
¿Crees que tu jefe es un psicópata? Quizás lo es: la triada oscura de la personalidad
Más que quemados, chamuscados: el 32% de los trabajadores que se plantea dejar su puesto lo hace "por salud mental", según un estudio de Infojobs sobre el abandono del empleo en España. 1 de cada 3 empleados considera, por tanto, que su estabilidad emocional peligra en el trabajo, un espacio de interacciones constantes entre diferentes tipos de personalides.
Entre ellas, las personas con rasgos marcadamente narcisistas, las que priorizan sus necesidades ignorando las del resto, pueden ser las más dañinas, tal y como explica el empresario, escritor y economista Álex Rovira en sus redes.
Rovira explica que las personas narcisistas en el entorno de trabajo pueden crear un ambiente laboral tóxico, perjudicar la salud física y emocional de los trabajadores y dificultar su carrera profesional.
En este escenario, identificar cuando estamos ante una personalidad narcisista se convierte en una cuestión fundamental. Rovira, con amplia experiencia en gestión de equipos, establece siete señales de que estamos ante este tipo de personalidades.
1. Arrogancia, superioridad, soberbia
"Se jactan continuamente de sus logros delante de los demás, aunque muchas veces se los inventan o se atribuyen los que no son suyos". El narcisista intenta destacar en todas las situaciones, es la versión siglo XXI del "muerto en el entierro, novio en la boda y niño en el bautizo". ¿Por qué? Por el segundo rasgo que viene a continuación.
2. Necesidad de ser el centro de atención
Las personalidades con rasgos narcisistas necesitan sentirse el centro de atención. "Esperan ser elogiados y reconocidos continuamente", explica el psicólogo. La admiración alimenta su ego y este mismo ego, una vez recompensado, exige su dosis de halagos. En cierta medida, son adictos al elogio y recurren a todo tipo de estrategias para conseguirlo.
3. Falta de empatía
Una persona narcisista se cree superior al resto, esos que no merecen su dedicación ni su tiempo. Para Rovira, a este tipo de personalidades "les cuesta ser sensibles". La razón, aparte de su complejo de superioridad, es que son incapaces de ver más allá de sí mismos. Ponerse en la piel de los otros no es lo suyo.
4. Manipulación
Para el narcisista, su prioridad son sus propios objetivos, algo que en el entorno profesional puede ser muy peligroso. "No dudan en manipular a los demás para conseguir lo que quieren, utilizando, si es necesario, la culpa, la vergüenza o el miedo", afirma el experto.
5. Atribución de méritos
La soberbia narcisista hace que siempre tengan ser los mejores y acreditar sus hazañas, incluso cuando no son suyas. El objetivo es mostrarse siempre como los número 1. Según Rovira, "Minimizan los logros de sus compañeros y se atribuyen los éxitos, aunque no sean verdad o se los inventen".
6. Crítica y desprecio
Las personalidades narcisistas suelen ser muy despectivos con sus compañeros. No les cuesta criticarles o despreciarles abiertamente a través de sus expresiones o sus actitudes. "El narcisista despreciará a los otros directamente o con el lenguaje corporal, ya sea con gestos, aspavientos, muecas, resoplidos..."
7. Resistencia a la crítica
Al creerse los mejores, los narcisistas no admiten ningún tipo de 'feed back', aunque ellos sean los campeones del menosprecio y del reproche. "Estas personas viven las críticas como ataques claros, sobre todo si se sienten amenazados. No soportan ni siquiera las críticas constructivas. Y si alguien del equipo se atreve a criticarles, pueden reaccionar de manera muy peligrosa", advierte Rovira.
Cómo sobrevivir al narcisista
Cuando un compañero reúne todos o varios rasgos como los descritos, estamos ante una personalidad narcisista. Esto no significa que haya que resignarse a esquivar sus ataques o, peor, sufrirlos. Álex Rovira propone una serie de pasos para poder minimizar el impacto tóxico que estas personas ejercen en el ambiente de trabajo.
- Toma distancia. En el fondo, el narcisista actúa así con todo el mundo, no es nada personal. Visto así, tomar distancia puede ser una medida terapéutica para no caer en bucles obsesivos.
- Establece límites claros. La relación que se mantiene con un compañero narcisista es laboral y no debe invadir otros espacios de la vida. Hay que dejar claro que el respeto es el ingrediente básico de cualquier relación.
- Mantén la profesionalidad. Una de las peores derivadas de los comportamientos narcisistas es que invalidan a los demás. ¿Cómo hay que reaccionar? Siendo profesionales, formándonos y poniendo más celo que nunca en el trabajo.
- Documenta las interacciones problemáticas. Cuando los límites se sobrepasan y se llegan al abuso o al acoso, es necesario documentar de manera exhaustiva cualquier incidente. Si es posible, es bueno grabarlo.
- Busca apoyo. Seguramente no estás solo: es probable que muchos compañeros estén pasando por lo mismo, pero les cueste compartirlo. Es bueno hablar con los que consideres de tu confianza para unir fuerzas. También hay que hablar con los responsables de Recursos Humanos. Tener un mentor también puede ser de gran ayuda.
¿Qué pasa si el jefe es el narcisista?
Álex Rovira no se anda con paños calientes. "Cuando el narcisista es el jefe, la situación se complica extraordinariamente". Si, además, el equipo que lidera tiene buenos resultados, la resistencia por parte de la organización va a ser importante. ¿Qué puede hacerse en esos casos? El experto comparte los siguientes pasos:
- Documentar con más detalle. Es importante que los argumentos sean sólidos y creíbles; por esta razón, hay que detallar con precisión todos los ataques del narcisista.
- Evitar la confrontación. Como hemos dicho, al narcisista, y menos a los jefes, no les gustan las críticas. Si pueden ejercer cierta presión hacia el empleado, no dudarán en hacerlo.
- Recabar apoyos. Aunque es difícil, el área de Recursos Humanos debe estar al corriente de cualquier práctica tóxica, más aún entre los mandos. Si se puede sumar la historia de comportamientos similares con otros compañeros, la empresa tendrá que poner coto a las situaciones de abuso.
Cambiar de trabajo, lo más radical
La última recomendación de Álex Rovira es la más compleja, pero, a veces, es la única opción. "Si la situación es insostenible, hay que pensar en cambiar de trabajo en otro departamento u otra empresa", sostiene Rovira. Una relación tóxica puede dañar la salud mental y la carrera profesional. Por eso, encontrar un trabajo donde la gente sea empática es clave. "Es fundamental construir una red de apoyo, de buena gente con la que nos sintamos seguros. Superar un jefe tóxico requiere paciencia, estrategia y disciplina. Y nunca hay que dejar de formarse, de fortalecerse personal y profesionalmente. Eso siempre irá contigo", concluye el experto.