Quien bien te quiere te hará feliz: "La pasión se transforma y puede adoptar un carácter más profundo"
Desaparecida la pasión de los primeros años, cualquier relación exige cuidado, tiempo y esfuerzo
Según la psicóloga Andrea Vicente, "Para que una relación funcione, es necesario aprender a combinar el crecimiento personal con el crecimiento en pareja"
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¿Por qué cuesta tanto que una relación funcione? ¿Hay alguna fórmula para conseguir que perdure en el tiempo? ¿Y si, por el contrario, la relación es larga y comienza a acusar el paso del tiempo? Estos son algunos de los temas que la psicóloga Andrea Vicente (@psicologa_andreavicente) aborda en 'Quien bien te quiere te hará feliz' (Harper Collins), un libro con todas las claves para tener una relación amorosa saludable y duradera mediante técnicas para gestionar mejor nuestras emociones, aprender a convivir, resolver conflictos, mantener la pasión, detectar situaciones tóxicas, superar una infidelidad, poner límites y reforzar nuestro amor propio. Frente a relaciones poco significativas, algo que se da en todos los grupos de edad, la idea principal es que el amor es un esfuerzo compartido, y ambos miembros de la pareja deben trabajar juntos para que la relación funcione.
¿Por qué cuesta hoy tanto mantener una relación?
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En la actualidad, mantener una relación puede ser un reto porque vivimos en una sociedad que promueve la inmediatez y la gratificación instantánea. Queremos resultados rápidos en muchos aspectos de nuestra vida, y eso puede trasladarse también a las relaciones. Nos hemos acostumbrado a obtener lo que necesitamos al instante, y cuando surgen los problemas, es fácil pensar que cambiar de pareja es una solución más rápida que resolver las diferencias. Además, estamos muy expuestos a modelos idealizados de relaciones a través de redes sociales y medios de comunicación, lo que eleva nuestras expectativas y nos hace pensar que nuestra relación debería ser perfecta o sin conflictos.
Por otro lado, la independencia personal y el desarrollo propio son valores que se han vuelto cada vez más importantes, lo que es positivo. Sin embargo, esto puede hacer que prioricemos nuestras necesidades individuales sobre el bienestar de la pareja. Para que una relación funcione, es necesario aprender a combinar el crecimiento personal con el crecimiento en pareja, lo que a menudo requiere compromiso, paciencia y un esfuerzo constante para equilibrar ambas áreas.
La pasión es la locomotora de las relaciones. ¿Cómo podemos hacer que dure?
La pasión inicial en una relación suele ser intensa y emocionante, pero es natural que disminuya con el tiempo. Para que dure, es fundamental que ambos miembros de la pareja trabajen juntos para mantenerla viva. Una de las claves es evitar caer en la rutina y seguir buscando nuevas experiencias que les permitan compartir momentos únicos. Esto no significa necesariamente hacer grandes cambios, sino cuidar los detalles en el día a día, como planificar sorpresas, salir de la rutina habitual y mantener la curiosidad el uno por el otro.
¿Las emociones pueden ser también sensuales o sexies?
La intimidad emocional es fundamental para sostener la pasión. Cuanto más conectados nos sentimos emocionalmente con nuestra pareja, más fácilmente surge la atracción. La comunicación sincera, el apoyo mutuo y el interés por comprender al otro pueden ayudar a mantener viva la chispa en una relación. A medida que una pareja avanza, la pasión también se transforma y puede adoptar un carácter más profundo y sólido, alimentado por la confianza y la conexión emocional.
Cuando se trata de una relación de muchos años, ¿de qué manera podemos gozar de un buen vínculo cuando la pasión se ha apagado?
En las relaciones largas, es natural que la intensidad de la pasión inicial disminuya, pero esto no significa que el vínculo se debilite. De hecho, muchas parejas encuentran una forma de amor más estable y profunda que va más allá de la pasión. Esta fase de la relación se centra en aspectos como el compañerismo, la complicidad y el apoyo incondicional. A medida que la relación madura, ambos aprenden a valorarse desde un lugar de respeto y admiración mutuos.
Para mantener un buen vínculo cuando la pasión se ha transformado, es importante recordar los aspectos positivos de la relación y no dar por sentada a la otra persona. Practicar la gratitud, enfocarse en lo que se aprecia del otro y mantenerse comprometidos con los valores compartidos pueden ayudar a fortalecer el vínculo. En una relación longeva, disfrutar de actividades juntos, mantener la comunicación abierta y celebrar los logros y experiencias compartidas también son maneras de seguir cultivando una relación sólida y satisfactoria.
¿Una buena gestión emocional impacta en la calidad de las relaciones sentimentales?
La gestión emocional es crucial en cualquier relación. Cuando tenemos una buena relación con nuestras propias emociones, podemos expresarlas de manera asertiva y comprender mejor las emociones de nuestra pareja. Sin esta habilidad, las emociones no gestionadas pueden convertirse en conflictos innecesarios o en momentos de tensión. Aprender a manejar el estrés, la frustración y la ira sin proyectarlas sobre la pareja es una habilidad fundamental para una relación sana.
Cuando se tienen muchos años de convivencia, con conflictos superados y otros crónicos, ¿es posible crear el espacio de seguridad que todos buscamos en una relación?
Una buena gestión emocional también facilita la empatía y la comprensión. Si somos capaces de escuchar y validar las emociones de nuestra pareja sin juzgar, estamos creando un ambiente seguro donde ambos pueden expresarse y resolver conflictos de manera constructiva. Además, el equilibrio emocional ayuda a reducir las conductas de dependencia o inseguridad, lo que permite una relación más equilibrada, donde ambas partes pueden sentirse libres y seguras de ser ellas mismas.