Minimalismo mental: qué es y cómo nos beneficia
Permite no guiarnos por las normas sociales sino por propósitos propios que tengan como referencia el valor de la vida
Para lograrlo es necesario que se realice una reflexión profunda que permita un replanteamiento de los objetivos y metas a alcanzar en la vida
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El minimalismo mental es una herramienta que cada vez tiene más adeptos y por la cual los individuos son capaces de alcanzar la paz interior y llegar a ser felices. El día a día avanza a pasos agigantados, los días pasan a un ritmo frenético y que nos olvida disfrutar del momento. Los estímulos son constantes y la gente busca alternativas válidas para equilibrar su bienestar emocional.
Según la experta en mindfulness y Programación Neurolingüística (PNL) y autora del libro 'Minimalismo emocional' (Ediciones Luciérnaga, 2024), Anna Fargas, “el minimalismo psicológico es una filosofía que propone reducir el ruido mental al eliminar pensamientos, creencias y actividades innecesarias que no aportan valor a nuestra vida. A diferencia del minimalismo material, que se enfoca en despojarse de bienes físicos, esta variante se centra en la simplificación de la mente y las emociones. El objetivo es enfocarse únicamente en lo que realmente importa, promoviendo así un estado de calma y claridad mental”.
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El minimalismo mental implica llevar a cabo una vida más consciente y lenta, como el movimiento slow life, donde se elimina todo aquello que sobra y que no se necesita para ser feliz, todo aquello que han impuesto en tu mente para que creas que dependes de ello, aunque no es así. Se busca hacer limpieza de todo lo que no suma y que acumula pensamientos y preocupaciones en la mente, para dejarla más liberada y ocuparse de lo que realmente importa y hace bien. La persona es capaz de deshacerse de los pensamientos o ideas que no aportan con el objetivo de dejar espacio para lo verdaderamente se quiere, trayendo calma y orden a la vida de esas personas.
¿Cómo se practica?
Aunque puede parecer una cosa sencilla que sucede de un día para otro, la realidad es que la clave está en que se realice a largo plazo. Algunos de los pasos a seguir son:
- Selección de pensamientos: hay situaciones que no dependen de nosotros sino de factores externos. A veces, esto puede generar frustración cuando los objetivos no llegan. Evitar darle importancia a este tipo de pensamientos, tendrá como efecto que te concentres en metas que estén en la mano de cada uno.
- Análisis de situaciones: la reflexión acerca de diversas situaciones puede ayudarnos a entender si realmente vale la pena dedicar el tiempo a momentos desagradables para nosotros.
- Hacer cosas que nos gustan: la puesta en práctica de actividades que nos generan placer hará que nos centremos en nosotros mismos. Esto ayuda a reducir los niveles de estrés y ansiedad que son generados por situaciones que atravesamos en la vida cotidiana.
- Mirada interna con cariño y comprensión: existen alternativas, como la meditación, que tienen como foco un análisis de nuestros pensamientos, emociones y comportamientos. Esto nos permite centrarnos en aquellos aspectos personales que queremos cambiar para comprender nuestro modo de ver la vida.
Beneficios del minimalismo mental
El minimalismo mental trae consigo una serie ventajas positivas en nuestro día a día y provoca un mayor grado de autonomía ligado a la sensación de libertad.
- Mayor autopercepción.
- Mejora la concentración.
- Aumento del orden en la vivienda.
- Genera niveles de satisfacción en la vida más elevados: se les otorga mayor importancia a las experiencias positivas.
- Atenúa los sentimientos vinculados a la soledad: el sentirse solo/a, en muchas ocasiones, provoca el consumismo
- Posibilita un dominio de factores desencadenantes de estrés: como consecuencia, esto permite reducir la ansiedad
- Ayuda a la clasificación de objetos materiales según la importancia que tenga cada uno para la persona.
- Favorece el ahorro económico: se consumen solo los elementos que la persona considera esenciales e indispensables para su vida