Luchar contra el día de la marmota: claves para que tus semanas en pandemia no parezcan iguales
Cada 2 de febrero la reacción de una marmota indica si el invierno se alargará o si la primavera llegará antes de lo previsto
Tras el año pandémico todos los días parecen el día de la marmota, por eso te traemos algunas claves para darle una vuelta a tu rutina
Cada 2 de febrero, el mismo ritual. Después de meses de hibernación, la marmota sale de su madriguera a una hora temprana, rozando el amanecer. Si logra ver su sombra, vuelve a su madriguera, porque el invierno se alargará seis semanas más. Si no la ve porque el día está nublado, la primavera estará al caer, por lo que dejará la que ha sido su casa y se irá a por alimento. Desde que empezase el confinamiento a mediados de marzo de 2020, nuestra vida se ha reducido durante mucho tiempo al día de la marmota: de la cama al sofá y del sofá a la cama, todos los días iguales.
Si estás harto de la rutina, del teletrabajo, de ir de casa al trabajo, del trabajo al colegio y del colegio a casa, de no salir de tu burbuja y ver solo al mismo círculo desde hace meses, te damos una serie de consejos que rompan con rutina o, al menos, te ayuden a irte a la cama con más satisfacción y que no te pase como a Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo' (1993), el cual vivía siempre en el mismo día hasta que comenzó a replantearse su vida y sus prioridades.
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El día de la marmota en clave psicológica
Pero todo esto tiene una mirada psicológica de la que habla la psicóloga Noemí Gutiérrez Serrano en el blog del centro Psicólogos Retiro. La experta indica en el texto que esa sensación de vivir en un continuo día de la marmota es normal por la situación que se vive ahora mismo en la que no se ve una salida clara, para lo que, desde su perspectiva, hay que poner freno a los patrones limitantes que generan ese círculo vicioso rutinario.
Caer en los mismos errores y haber hecho todo lo que se puede hacer para entretenernos en tiempos pandémicos nos termina generando una "sensación de frustración, desilusión, desgaste y fatiga" que nos lleva a entrar en ese círculo vicioso, indica Gutiérrez Serrano. A ello, como apunta la psicóloga, llegamos por nuestra propia inercia, esos los patrones y rutinas que tenemos establecidos y que "nos llevan a repetir conductas, aunque sean dañinas", asegura.
Salir de ese círculo vicioso no es sencillo, y la experta afirma que es necesario detectar no solo el hábito negativo, sino también su disparador, poniendo como ejemplo el pasarte el fin de semana en el sofá de casa con la excusa de que "no puedo quedar con los amigos". Identificarlo rápidamente y cambiarlo por un hábito más saludable (salir a pasear, hacer deporte…) es clave, pero también un proceso más complicado de lo que parece para poner en práctica y conseguir salir de esa espiral.
Haz deporte
Las temperaturas bajas no pueden ser excusa para quedarte hibernando en el hogar. La premisa principal es buscar alternativas de deporte para que, llegado el momento de dormir, lo hagamos con el cuerpo cansado, la conciencia tranquila y la mente despejada. Queda con tus amigos para practicar deportes colectivos (por ejemplo, pádel o tenis) o coge la bicicleta y da una vuelta por esa zona que hace tiempo que no pisas, ejercicio moderado que puede ayudarte si sufres ese miedo a salir de casa, el síndrome de la cabaña.
Si lo tuyo no es el deporte de alta intensidad, apúntate al reto de los 10.000 pasos diarios que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Puedes salir a dar un paseo tras acabar tu jornada de teletrabajo o de trabajo presencial, ya sea por la ciudad, por un parque, un bosque, o si tienes la suerte de vivir junto al mar, por la playa. No importa que te vayas solo: disfruta de la "sensación de independencia y distanciamiento" que se experimenta en los trayectos a pie, como escribió Leslie Stephen. Y recuerda, todos los pasos cuentan, desde el paseo que te das por el pasillo de casa mientras estás al teléfono hasta los que haces mientras estás en la compra.
Vino y música
Es fácil decir aquello de "haz deporte" o "sal a caminar", pero luego vienen días lluviosos y no siempre tenemos el ánimo para calzarnos la ropa deportiva en casa. Si no hay más remedio que ir directamente a casa o quedarte en ella, no hay problema: quédate, pero aprovecha el tiempo. Ponte el vinilo que nunca tienes tiempo de escuchar, el disco que hace años que no escuchas, la canción que te sabías de memoria y de la que ya casi no te acuerdas. La música da vida y empapa nuestro cuerpo de buenos sentimientos. Y, por qué no, bébete un copa de vino, que en estos días de frío viene bien y, junto a tu música favorita, tu paladar disfrutará como hacía tiempo que no lo hacía.
Controla el teletrabajo
Casi un año después del confinamiento total son muchos los que aún trabajan en remoto desde casa, una comodidad en muchos aspectos pero lleno de puntos negativos que hay que pulir. No siempre es posible, pero hay que intentar establecer una parte profesional en casa separada de la que usas para tu intimidad, además de instalar un horario para que, tras acabar tu jornada, desconectes totalmente del trabajo y puedas dedicarte a ti y los tuyos. Quién sabe, igual hasta te enganchas a un videojuego con tu hijo.
¿Un cine?
En el último año la recaudación de los cines se ha desplomado, en parte debido al retraso de las grandes producciones. Ahora no es el momento, con esta tercera ola, pero puede ser que cuando bajen las cifras sea el momento de oxigenar la mente. Si estás cansado de ver series, películas y documentales en casa y te sabes de memoria el catálogo de las plataformas digitales puede que sea el momento de sentarte en una de las cómodas butacas de los cines. Ahora que ha comenzado la temporada de premios, muchos largometrajes nominados vuelven a la cartelera, así que si te falta alguno por ver puede que sea el momento de verlo en la gran pantalla y conocer nuevas historias.
Paladar gourmet
Las quedadas en familia para cocinar y preparar la cena, después de casi un año, ya no son tan divertidas o entretenidas como antes. Por eso quizá sea el momento de salir y darse un capricho al paladar. Durante el último año las salidas a restaurantes top se han reducido, así que no dudes en pedir para casa una buena cena en ese restaurante del que tan bien te han hablado para catar nuevos sabores y texturas.