El verano ya está a punto de despedirse. Y con él todas nuestras grandes intenciones de hacer eso que siempre queremos y durante el año no podemos hacer: voy a leer por fin El Gran Gatsby, voy a salir a correr todos los días, voy a comer sano o voy a escribir mi primer libro de poesía. En muchos casos, al regresar de vacaciones vemos con decepción que no hemos hecho todo lo que nos habíamos propuesto. Pensemos en esa imagen de los libros en el fondo de la maleta volviendo como se fueron y el consecuente sentimiento de frustración de no haber aprovechado las vacaciones todo lo que nos hubiera gustado. La buena noticia es que aún hay tiempo.
Motivación y fuerza de voluntad
Pero, ¿por qué nos ocurren estas cosas? La razón es que confiamos en exceso en la motivación o en nuestra fuerza de voluntad y, por el contrario, no dominamos ni conocemos pequeñas técnicas que acaban siendo mucho más determinantes. La ciencia ya ha demostrado que por encima del nivel de motivación y de la fuerza de voluntad, está el control del entorno, una de las técnicas claves en la creación de nuevos hábitos.
El entorno social y físico al que nos exponemos acaba siendo mucho más determinante y nos permitirá no estar a merced del nivel de motivación y energía del que dispongamos. Fue precisamente, el psicólogo Kurt Lewin el que ya explicó esta teoría en los años 30 del siglo pasado, a través de una simple ecuación donde demostró que el comportamiento está en función de la personalidad de uno mismo, pero también contribuye nuestro entorno, siendo en ocasiones, más influyente que la propia personalidad.
De intenciones a hábitos
Si logras repetir estos comportamientos durante varios días estarás dando pasos hacia la creación de hábitos, lo cual minimiza mucho la dificultad futura de hacer realidad nuestras intenciones. Los hábitos serán entonces comportamientos semiautomáticos e incluso inconscientes que no nos suponen un consumo de energía ni aumentar nuestra fuerza de voluntad. Gracias a las repeticiones, las intenciones pasan a ser acciones durante cierto tiempo, y esas mismas acciones se convierten en hábitos.
La clave está en crear hábitos y rituales
Todos podemos crear esos nuevos hábitos, sólo necesitamos algo de técnica para introducir nuevos comportamientos en nuestra vida. Y este es nuestro regalo de verano desde UPPERS, pequeños consejos en esa dirección.
Recuerda que, por encima de todo, se trata de ajustar tu entorno para que los buenos hábitos sean sencillos de llevar a cabo. Así estaremos influyendo en nuestro futuro, como señaló L.M. Alexander, experto en el comportamiento humano, "nosotros no decidimos nuestro futuro, nosotros decidimos nuestros hábitos y estos deciden nuestro futuro".
El entorno digital, el peor enemigo
Y no olvides el consejo para lograr que este verano marque la diferencia: evita la mayor y más peligrosa distracción de nuestro entorno, la tecnología digital (móviles, tabletas, ordenadores). James Clear, experto en creación de hábitos, apunta: "Aléjate físicamente del mundo digital cuando quieras crear nuevos hábitos pues de otra manera, la tentación hacia el móvil y todas las aplicaciones son la peor distracción existente". Cuando vemos en la playa a alguien con un libro en una mano y el móvil en la otra consultándolo de manera compulsiva, es una imagen aterradora de en qué nos ha convertido la tecnología de manera silenciosa.