Oír hablar sobre meditación o mindfulness hace arquear una ceja involuntariamente a muchos. Por lo general, tenemos asociado todo lo relativo a este tipo de técnicas con palabrería y retiros de yoga. Pero esos clichés están bien lejos de la realidad. Son cientos los estudios que aseguran que meditar es una de las actividades más beneficiosas para nuestro organismo y son ya miles los hombres y mujeres de negocios que atribuyen buena parte de su éxito a la claridad mental que les aporta desconectar de todo y dejar la mente en blanco. Si magnates de la talla de Rupert Murdoch, conocido por su pragmatismo empresarial, dedica cada día una hora a meditar, quizá deberíamos pensar que algo positivo debe tener. "Meditando consigo una fuente ilimitada de energía, creatividad y felicidad interior", dijo hace poco. ¿Quieres saber más? Relájate, deja los prejuicios fuera y lee con calma.
Que neurocientíficos de todo el mundo hayan dedicado buena parte de su carrera a demostrar de forma empírica cómo la meditación modifica nuestras conexiones neuronales, cómo relaja nuestra actividad cerebral y cómo nos hace liberar endorfinas debería darnos alguna pista de que se trata de un tema serio. Según un artículo reciente de Harvard Business Review, las investigaciones indican que la meditación "agudiza habilidades como la atención, la memoria y la inteligencia emocional".
Pero sus beneficios van más allá de lo puramente mental. También el resto del organismo se 'resetea' con cada proceso meditativo. Mantenido en el tiempo, ayuda a regular la presión arterial, mejora el sistema inmunitario, facilita la salida de procesos depresivos y mejorar la capacidad pulmonar. Por no hablar de su impacto en la reducción del estrés, la gran plaga del siglo XXI capaz de acortar hasta en 10 años nuestra esperanza de vida.
Instituciones científicas como el Instituto Semel de Los Angeles o la Universidad de Oslo avalan las mejoras que aporta la meditación, también, a nivel cognitivo. Se han evidenciado resultados sorprendentes en cuanto a agilidad mental, capacidad organizativa y la toma de decisiones. Incluso a nivel neuronal y genético se ha comprobado cómo la meditación puede revertir procesos celulares o cambiar la expresión de algunos cromosomas relacionados con diversas enfermedades. ¿Qué demuestra esto? Que cuerpo y mente están más conectados de lo que creemos.
Más allá de una moda pasajera la meditación y su proclama se ha convertido en una segunda pasión para muchos de los gurús de nuestro tiempo. David Lynch, por ejemplo, parece consagrado a compartir con el mundo entero esta práctica ancestral de más 5.000 años de historia. De hecho, la razón de ser de su fundación es ayudar a los jóvenes a que aprendan a meditar. En su última visita a España, buena parte de sus declaraciones giraron entorno a esto. "La meditación trascendental te permite llegar a tomar conciencia de ti y de tu lugar en el mundo. Se busca la consciencia plena y es, en ese estado, donde la positividad, la inteligencia, la creatividad, la felicidad, el amor y la energía se desarrollan exponencialmente".
Como él, miles de meditadores empiezan a salir del incensario y cuentan, sin tapujos, las bondades de dedicarle un tiempo a eso de dejar la mente en blanco. Y no son, precisamente, charlatanes… Creadores como Martin Scorsese, tipos duros como Clint Eastwood o Lou Reed y hasta el gran galán hollywoodiense Richard Gere. Amigo personal del Dalai Lama y practicante confeso, sus videos en youtube sobre cómo meditar se han convertido en un éxito planetario.
Grandes empresarios y visionarios como Steve Jobs o Jack Dorsey (cofundador de Twitter) hablan abiertamente de sus sorprendentes resultados. Incluso los deportistas más exitosos hacen uso de esta técnica para enfrentar grandes gestas o superar una sonora derrota.
Pau Gasol, uno de nuestros mejores atletas, dice al respecto: "leo sobre zen y diferentes filosofías para entender lo que es realmente importante y para aprender a mantenerlo todo en perspectiva. Técnicas como la meditación, la auto conciencia, vivir el presente y mantener la mente en calma me ha ayudado mucho". Gasol aprendió a meditar junto a todos sus compañeros de Los Ángeles Lakers cuando les entrenaba Phil Jackson, gran defensor de la meditación trascendental. Según les explicaba "de la misma forma que necesitamos hierro y ejercicio para fortalecer los músculos, necesitamos construir la fortaleza mental, para concentrarnos y jugar en equipo". En ocasiones Jackson llegaba a sustituir un día entero de entrenamiento por una sesión de meditación.
Hay tantas técnicas de meditación como maestros. Pero todos coinciden en que la respiración es la piedra angular de cualquier proceso meditativo. Uno de los grandes precursores del creciente interés por este tema en Occidente es Swami Jyothirmayah y lo resume así: "inhalamos al nacer, exhalamos al morir. Sin respiración no hay vida; ni tampoco meditación. Es lo que nos conecta con el universo y lo que nos permite concentrarnos."
Lo curioso es que todos lo hacemos miles de veces al día, pero es un tipo de respiración pobre; denomina "respiración inconsciente". Según Swami, "debemos buscar la respiración consciente, más profunda. Es la clave para relajarnos y meditar profundamente". Por otra parte, en términos de salud, respirar bien influye directamente en decenas de factores: desde el nivel de oxígeno en sangre hasta la correcta posición del diafragma. Quizá si Darth Vader respirara mejor no tendría tan mala uva…
Según Jyothirmayah, la meditación también es muy efectiva a nivel laboral "calma los sentidos y, a la vez, los agudiza. Nos permite concentrarnos al máximo, rendir mejor y lograr las metas que nos ponemos. Además, es una técnica que podemos realizar siempre que queramos, cuanto más meditemos mejor práctica alcanzaremos. Y es gratuita, ¿qué más se puede pedir?".
Dicen que el caminar se demuestra andando, el meditar, meditando. No hay otra forma de descubrir si todo lo que nos cuentan al respecto es cierto o no. Porque esto va de realizar un viaje interior, de introspección. Y nadie más puede hacerlo por ti. Aquí te dejamos cinco sencillos tips para que te inicies y unas apps que pueden hacértelo más fácil. Y recuerda que la mente te jugará malas pasadas, no le gusta que le bajen el volumen…
1. Siéntate cómodamente, en un lugar tranquilo. Estira la espalda y relaja el cuello. Apoya bien los pies y coloca las manos sobre las piernas.
2. Cierra los ojos. Haz consciente cada parte de tu cuerpo: desde los dedos de los pies a la frente. Date cuenta de las tensiones que hay en músculos y articulaciones. Relájalos.
3. Concéntrate en tu respiración. Inhala por la nariz y exhala por la boca. Llena y vacía al máximo tus pulmones. Con calma, sin prisa.
4.Usa el mantra OM. Alarga todo lo que puedas su pronunciación, sintiendo la vibración que provoca. Repítelo hasta que tu mente se vacíe.
5. Te asaltarán decenas de pensamientos. Es normal. Deja que fluyan, concéntrate en tu respiración y en repetir OM. Llegará un momento en el que percibirás que tu cabeza no es una centrifugadora. Estás meditando.
Dharma Meditation Trainer. Es un entrenador personal que te ayudará a conseguir un estado concentración profundo. Cuenta con ejercicios, sonidos, fotografías y textos que te ayudarán a meditar.
Mindfulness y Meditación. Cuenta con meditaciones narradas que te ayudan a encontrar el camino de la relajación, centrándote en el aquí y ahora. Cuenta con diferentes niveles de complejidad.
Headspace. La más célebre de todas las apps para meditar. Sencilla de usar y muy útil. Cuenta con una gran biblioteca online de cursos, suben una nueva meditación cada día y disponen de ejercicios y sonidos que ayudan a conciliar el sueño.