Suena el timbre, abres y entra en tu casa un revisor del gas falso. Es una de las principales estafas a personas mayores. Los años nos dan experiencia, ganamos sabiduría, picardía y eso nos debería prevenir ante posibles engaños pero los datos dicen lo contrario. El último año aumentaron en un 40% las estafas a mayores de 65 años. Hablamos con especialista en envejecimiento que nos explica el porqué de este fenómeno.
"No existe un relación directa entre la vulnerabilidad y la edad pero sí la hay entre la vulnerabilidad y los factores asociados al envejecimiento", explica Juan Castilla, psicólogo clínico y experto en gerontología social. Por lo tanto se podría decir que la fragilidad está relacionada con tres factores asociados a la edad: la soledad, el salto tecnológico y el cambio cultural.
La necesidad de comunicarse es algo innato al ser humano y en el momento en el que esa necesidad no se puede cubrir surge el problema. "La soledad es uno de los mayores hándicaps de los mayores, sobre todo si no es buscada. El fallecimiento de la pareja o la lejanía de la familia o amigos fomenta que se quieran establecer conversaciones con cualquiera, como con los revisores del agua o del gas", cuenta el especialista.
Pero no solo esto, la soledad además está directamente relacionada con el deterioro cognitivo que vuelve más frágiles a las personas y que implica problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio. "Por ejemplo los mayores que tienen una vida activa y una red familiar y social tienen menos riesgo de sufrir una estafa", apunta Castilla. "No obstante siempre se recomienda tener precaución", añade.
Según el informe anual 'La Sociedad de la Información en España', ocho de cada diez personas mayores de 65 años en España tiene un terminal de acceso a internet, sin embargo solo una cuarta parte se siente cómoda con el mundo digital y esto lo aprovechan los ladrones.
"Al no haber vivido tan de cerca esta avalancha de información, no son nativos digitales y pueden ser más susceptibles a caer en un timo", explica el psicogerontólogo. "Son estafas muy difíciles de rastrear y muchas de ellas tienen como reclamo productos milagro o ahorros económicos grandes, que resultan una especie de salvación para la persona", añade.
Además, debemos tener en cuenta que en los últimos 40 años la sociedad ha dado un vuelco absoluto. Hemos pasado de que el honor y la palabra fuesen más que suficientes para cerrar cualquier trato a una sociedad donde la picaresca está a la orden del día. "Y precisamente ese cambio social está produciendo más situaciones de vulnerabilidad", comenta Castilla.
"Las personas mayores tienden a ser confiadas", expone Castilla y esto suele estar causado por la falta de conocimiento de los nuevos peligros. A lo que sumar también las limitaciones físicas que les impiden ser plenamente conscientes de algunos peligros.