Aperitivos en vídeo, compras responsables o cocina diaria: hábitos de la cuarentena que prometen quedarse
Cada vez más cerca del fin del confinamiento, ¿pulsaremos el botón de off como si despertáramos de un mal sueño o incorporaremos algo de la cuarentena a nuestro futuro? Cinco uppers nos lo cuentan
Hemos ordenado armarios, intentado aprender algún idioma y trabajado a distancia. Nos hemos teñido el pelo en casa y contamos los días para ir pasando de fase. Cada vez estamos más cerca de la Nueva Normalidad. ¿Pulsaremos el botón de off como si todo hubiera sido un mal sueño o nos llevaremos algo de la cuarentena a la realidad que nos espera? Hemos hablado con varios uppers de entre 45 y 64 años para que nos cuenten qué hábitos van a sobrevivir a su confinamiento. Ellos son Carlos, Carmen, Pablo, Maureen y Gemma.
1. Aperitivos en Facetime… y tan ricamente
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"He aprendido que en casa se pueden preparar aperitivos magníficos y que incluso se pueden compartir con amigos o familia a través de videoconferencias o FaceTime", así comienza Carmen, funcionaria del Cuerpo de Estadísticos Superiores del Estado para la que el aperitivo del fin de semana con familia y amigos era sagrado. Durante la cuarentena, sin bares, pero con la tecnología y la despensa adecuadas, ha mantenido el ritual. Y lo cierto es que tiene futuro en tiempos inciertos, quizá entre pandemias.
2. Emplear mejor las horas: se acabó 'matar el tiempo'
Carlos, un periodista acostumbrado a saltar de rueda de prensa en rueda de prensa, ha descubierto lo que pueden dar de sí cada hora del día. "Antes, el tiempo de estar en casa era lo que había entre la noche y el desayuno del día siguiente. Ahora soy consciente de cada hora, de cuándo tengo que trabajar, de lo que toca hacer en casa, del tiempo que necesito para lo mío… Y, de verdad, intento no malgastarlo. Se ha convertido en algo muy valioso".
3. Ir menos peluquería: arreglos caseros que funcionan
El salón de peluquería en casa ha sido un tema recurrente durante la cuarentena. En la mayoría de las comunidades los salones de belleza ya han abierto, pero ¿volveremos como antes? Carmen cree que no: "he retomado prácticas de mi etapa de estudiante en la que me hacía el rulo o toga varias veces para cada lado y no quedaba mal. Me he convencido de que la peluquería semanal, como ha sido mi caso, es totalmente prescindible".
4. Organizar mejor la compra semanal: adiós, súper, adiós
Pablo es profesor de Ciencias Políticas. Da clases en la universidad y participa en cursos y congresos. Hacer las tareas domésticas, y en especial la compra, le complica la existencia. Para él no supuso ningún drama tener que ir menos al supermercado. Y desde que descubrió la compra on-line y la recogida en el parking del propio súper, mejor. "No digo que no vaya a pisar una tienda de alimentación nunca más. Pero de momento seguiré haciendo la compra desde el móvil y recogiéndola en el coche. Aunque la compra no sea perfecta, me compensa con creces el tiempo ganado".
5. Más conversaciones, menos móvil y menos televisión
"Sin tiempo para nada". Ese titular describe perfectamente la situación pre-pandemia de Gemma, titular de una empresa de formación y eventos. El confinamiento ha modificado su rutina para bien: "he cambiado muchas de las cosas que hacía con mis hijas. Ahora preparamos cenas y comidas especiales donde no hay móviles ni tele ni nada que nos moleste. Solo los cuatro, hablamos y nos reímos mucho contando historias".
6. Cocina: reencuentro con la vitrocerámica y similares
Ya es un clásico del confinamiento. Cocinar se ha convertido en el 'refugio' de muchos confinados. Carmen ha sido una de las personas que se ha reencontrado con su cocina: "me he atrevido con platos que hasta ahora se me resistían y que me daban pereza. Ahora con todo el tiempo del mundo, los he conseguido hacer de forma más o menos decente". En el caso de Gemma no ha habido reencuentro, sino encuentro: "ahora mi marido cocina. Ha descubierto que es bueno cocinando y se atreve con todo, incluso con hacer pan casero".
7. Ejercicio físico sin gimnasio: nos hace sentir bien y ahorramos
Lo dicen médicos, psiquiatras y psicólogos: el ejercicio físico es la recomendación número uno para superar esta y cualquier otra crisis. La paradoja es que en el confinamiento duro no era posible ir al gimnasio o pasear por un parque. Carmen se adaptó al momento y ahora va a mantener la misma dinámica. "Ha habido días que he caminado por casa dos horas sin aburrirme, aprovechando a veces para hablar por teléfono. Ahora lo echo de menos el día que no lo hago y me voy a plantear si gimnasio o pasillo de casa". Para Maureen, que trabaja como consultora para distintos organismos internacionales, "salir a caminar una hora y media al día por el bosque que tengo cerca de casa me hace sentir feliz. Caminar me mantiene en el aquí y el ahora. Lo hago por salud física y mental”.
8. Estrés a raya: conectar con uno mismo
Fuera el estrés. Ha sido uno de los objetivos prioritarios de la cuarentena. Nos hemos aplicado a fondo y queremos seguir haciéndolo. "Al tener todo el tiempo del mundo para estar en casa he valorado el significado de hacer las cosas sin prisas y sin estrés, y probablemente éste sea uno de los aspectos que más interés tengo en llevar a la práctica una vez vuelva a la actividad normal", explica Carmen.
Gemma ha descubierto un mundo nuevo: "mi vida durante los últimos años ha ido tan rápida que no he tenido tiempo para cosas tan sencillas como dedicarme a mí misma. Durante el confinamiento he podido hacer por primera vez en mucho tiempo las cosas que me gustan a mí (meditación, lectura, baño de espuma...). Se ha convertido en algo necesario”. Maureen, por su parte, medita tres veces al día. Y piensa seguir con ello.
9. Teletrabajo: productivos como en la oficina, cómodos como en casa
Carlos era adicto al trabajo presencial. Fue free-lance en sus primeros años de profesión y tiene un mal recuerdo de aquella época en la que no lograba desligar trabajo y ocio. Cuando el 14 de marzo comenzó a quedarse en casa con el portátil del trabajo, lo vivió mal. Ahora su lectura es radicalmente distinta: "claro que soy productivo. Creo que hasta me distraigo menos y trabajo con la presión justa, pero con más planificación. Y me da tiempo a montar en bici, estar más con mi hija, descansar más y, en resumen, a vivir mejor". Cuando se incorpore tratará de mantener algún día de teletrabajo y no cree que haya problemas. "En mi espacio de trabajo no podemos coincidir todos y la experiencia ha demostrado que la productividad se mantiene e incluso mejora", afirma.
10. Adquirir lo necesario: compra 'consciente'
"He prescindido de cosas superfluas. Otro aprendizaje importante es que para vivir y ser felices no es necesario acumular tantas cosas (ropa, complementos o joyas)", señala Carmen, que ha decidido que a partir de ahora sus compras van a ser 'conscientes', en función de las necesidades reales. Otro que se lo va a pensar mucho antes de comprar algo es Carlos. "En casa ha habido sesiones intensas de orden y han salido cosas de los armarios que ni siquiera recordaba", admite con humor. "No voy a comprar la enésima camiseta o la última deportiva. Usaré lo que tengo y le daré vidilla".
11. Priorizar lo que nos hace felices: nuevos proyectos o rutinas de toda la vida
La cuarentena les ha servido a todos para descubrir y apreciar el valor de las cosas que nos 'alimentan', las que nos hacen sentir y ser mejores. "Trabajo online, así que puedo manejar la agenda con flexibilidad. Ahora mismo estoy incorporando otras actividades y he retomado la escritura y otros proyectos pendientes", explica Maureen. Carmen va más allá y piensa en grande: "he adoptado otra filosofía de vida dejando de lado lo superfluo y lo que no aporta".