Memoria del dolor o por qué la muerte de un famoso revive la pérdida de un ser querido
El duelo es un tema complejo en el que no existen normas ni plazos establecidos
Si la muerte de un personaje público es por la misma causa que la de un familiar cercano es normal que se avive la tristeza
Hablamos con el psicólogo Luis Miguel Real Kotbani para que nos explique a qué se puede deber esta reacción, si es habitual y cómo enfrentarnos a ella
Empatía, admiración, respeto... es lo que sentían muchas personas hacia Almudena Grandes, una de las grandes novelistas españolas que perdió su vida el pasado domingo y que los han llevado a vivir su muerte como si la de un familiar cercano se tratase. Otros, sin embargo, han revivido la muerte de un ser querido, ha despertado en ellos el duelo que ya estaba pasado o que quizá nunca se llegó a hacer. Hablamos con el psicólogo Luis Miguel Real Kotbani para que nos explique a qué se puede deber esta reacción, si es habitual y cómo enfrentarnos a ella.
La clave: el motivo de la muerte
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El duelo y no hay una forma correcta de hacerlo. El hecho de empatizar más o menos con la defunción de un personaje público está sobre todo relacionado con el motivo de la muerte. "Si mi padre o mi abuelo murieron de cáncer y ahora una persona famosa fallece por la misma causa, esto me va a recordar lo mal que lo pasé cuando mi familiar se murió. Cuando vemos casos parecidos, se avivan los recuerdos", explica Real.
No importa el tiempo que haya pasado desde que ese allegado nos dejó, da igual que sea un mes, un año o tres, la tristeza al pensar en ella es normal, siempre y cuando no llegue a perjudicarnos. "El problema está cuando ese sentimiento nos invalida, nos acerca a una sintomatología depresiva. Cada duelo es diferente, es un tema muy complejo que tarda en sanar y no desaparece de la noche a la mañana. Incluso pasados 20 años es normal que al pensar en esa persona nos sintamos tristes, pero también contentos por los momentos que pasamos juntos".
También depende del tipo de relación que se tenga con el famoso
Dependiendo del tipo de personaje público que sea, se desarrolla un tipo de relación con él. No es lo mismo alguien que lleva presente desde la infancia que otro que ha aparecido en los últimos años. "Muchas personas van a sentir su muerte como casi como la muerte de un ser querido cercano, aunque no la hayan visto en su vida y no hayan hablado con ellos jamás. Suelen ser personas con las que se crea un vínculo emocional, aunque sea lejano", comenta el experto.
Además, este sentimiento de acrecienta gracias a la aparición de las redes sociales, que te llevan a darte cuenta de que no eres el único que está en esa situación. "Si empezamos a leer tuits de otras personas que también están tristes por el tema, se intensifica cómo nos encontramos y nos lleva a también tuitear al respecto porque hemos percibido lo ocurrido de una forma mucho más intensa a como lo habríamos hecho si lo leemos en un periódico, por ejemplo".
El tabú de la muerte en nuestro país
Que la muerte es un tabú para muchas personas no es nada nuevo. Exteriorizar lo que sentimos nos vuelve vulnerables y nos expone a frases del tipo 'venga, anímate' o 'hay que ser fuerte', que son del todo desafortunadas. Esto se debe a la mentalidad de años atrás y que las nuevas generaciones están derribando poco a poco. "Se tiende a penalizar la tristeza, a juzgar de alguna forma la manera en la que se siente una persona tras la pérdida, pero esto, en gran medida es un tema cultural. Hay un problema grande con el tema de la gestión de las emociones aquí en España y eso provoca que la gente tenga serias dificultades para digerir o procesar este tipo de cosas", expone el psicólogo.
Durante años no se ha permitido llorar en público, expresar sentimientos negativos y eso afecta a la gestión individual del duelo. "Las generaciones que ahora tienen más de 50 años son las que más han tragado y han interiorizado este concepto de no expresar las emociones, les faltan los conceptos básicos de inteligencia emocional, de despenalizar, de ir al psicólogo si algo va mal y ahí es donde más hay que trabajar porque son justo los que ahora están perdiendo a sus padres", concluye.