En la carta de despedida que Penélope Cruz ha publicado en sus redes sociales sobre Pilar Bardem, su suegra, es evidente que la relación entre ambas actrices es la de dos personas unidas por un vínculo de amor y amistad, más allá del afecto familiar.
Pero, admitámoslo, esa no es la relación habitual entre suegra y nuera. El refranero tiene muchas expresiones y juegos de la palabras en las que intervienen suegras, nueras y yernos. Y la mayoría es para hablar en negativo. Incluso en las parejas más independientes, es raro que no haya algún conflicto entre ambas partes. Aunque les restemos importancia, las suegras desempeñan un rol importante en la salud sentimental de toda la familia. "Juegan un papel fundamental en la relación de pareja y si no hay una relación sana, con límites, puede ser motivo de ruptura y divorcio. De hecho, es una consulta clásica en terapia", señala la psicóloga Lara Ferreiro antes de explicar los tipos de suegra que hay y cómo actuar en cada caso.
Parece que ese es el tipo de suegra que ha sido Pilar Bardem para Penélope Cruz. "Existen, pero muy pocas", asegura Lara Ferreiro. "Se trata de la suegra maravillosa: respetuosa, amable, dispuesta a ayudar... Es la quiere a su nuera como a una hija". Es el único tipo de suegra no tóxica, según la experta. En este caso, poco que hacer, solo corresponder al cariño, y comportarse como auténticos hijos o hijas.
"Es la madre sobreprotectora que piensa que ella es la única que puede alimentar y cuidar a su hijo. He visto en terapia cómo algunas de estas madres aún le piden citas al médico o le supervisa la alimentación. El lema de esta suegra es que la mujer no atiende debidamente a su hijo y entonces es ella la que tiene que hacerlo". El consejo de la psicóloga es que no se puede competir con este tipo de madres porque se va a acabar mal. "Hay que gestionarlo de manera interna para que no te haga daño".
"Es la suegra para la que nada es suficiente cuando se trata de su hijo: ninguna mujer es lo suficientemente buena. Cree que su hijo es tan valioso que ninguna mujer le merece. Ella es doña Perfecta y su hijo, don Perfecto". Aunque lo nieguen, el objetivo de este tipo de suegras es acabar con las relaciones de sus hijos, de manera consciente o inconsciente. Este tipo es uno de los que genera más sufrimiento en las mujeres y exige una estrategia propia. "Aconsejo que haya un desahogo limitado. Es decir, cuéntale a tu hermana o a una persona de tu confianza cómo te sientes, pero nunca a tu pareja. Hablarle mal de su madre solo empeora el conflicto porque él va a quererla mucho y se va a sentir implicado".
Es un caso frecuente en terapia. "Muchas víctimas de la suegra sermón tienen que terminar yendo al psicólogo. Se trata de un tipo de suegra que siempre está dando lecciones magistrales, sobre todo a la nuera, sobre el matrimonio, cuántos hijos deben tener; si los tienen, cómo cuidarlos, a qué colegio deben ir, si comen bien o mal, dónde es mejor irse de vacaciones..." El consejo de la psicóloga es escuchar de manera limitada y extinguir la respuesta cuando la suegra invade demasiado el terreno de la pareja. "Otra opción es decir que sí y hacer luego lo que realmente se quiere. Pero no lo aconsejo porque se puede crear un monstruo. Es mejor poner límites y estos límites los tiene que poner él, nunca ella".
Es fácil de distinguir: opina sobre absolutamente todo. "Estas suegras suelen tener un manual de buenas esposas y lo aplican dando su opinión sobre cualquier tema de la pareja: dónde comprar la ropa, la comida o los viajes más baratos, por ejemplo. En este caso hay que aplicar muchísimo la asertividad". ¿Cómo? Explicando, de manera amable pero concluyente, por qué se ha tomado una u otra decisión.
"Es una mezcla de amiga y enemiga. Intenta ganar tu confianza, se esfuerza mucho en caer muy bien y se muestra muy simpática. Lo que quiere es tener información para poder forzar la relación entre suegra y nuera, pero luego va ser la típica agresiva-pasiva. Haciéndose amiga, va a intentar controlar y, si puede, darte algún revés". Si tienes una suegra así en el horizonte, la asertividad y los límites son, de nuevo, los mejores aliados.
Recrean el mito de Electra: suegras enamoradas de sus hijos e hijos enamorados de sus madres. "Esta suegra compite con la nuera y tiene celos de ella. Una de las señales es que entre madre e hijo suele haber una abundancia, un exceso de mensajes cariñosos. El truco es que nunca hay que competir por el amor de la pareja, sino dar a cada uno su lugar".
"Suele hacer comentarios aparentemente muy inocentes, pero hacen daño desde el punto de vista emocional. El típico es 'hijo, qué sola estoy, nunca vienes a verme, pasas demasiado tiempo con tu mujer, nunca me traes a los niños..." El catálogo de quejas solo puede resolverse con una conversación en la que se sitúen la situación real y los límites de la relación. De nuevo, siempre mejor el hijo que la nuera. La razón es que la suegra siempre va a ser más receptiva a los mensajes de su hijo antes que a los de su mujer.