El último año ha conseguido que gran parte de la población sea consciente de la soledad que muchas personas, en gran parte mayores, sufren cada día. Esa soledad no queda ahí, quienes la viven reciben un impacto en su día a día, en su estado de ánimo y también en su salud. En definitiva, una situación de vulnerabilidad que ha crecido con la pandemia, por el hecho de sufrir confinamientos, restricciones o ese miedo al contagio que impide dar el paso adelante para ver a otras personas. Según el INE, en 2020 había en España 4.849.900 personas solas, de las que el 44% eran mayores de 65 años, un 6% más que en 2019.
Los primeros meses de la pandemia fueron los que más agravaron la soledad de los mayores con las medidas más restrictivas, llegando a aislar a muchos por completo dada su situación de riesgo ante el virus. En total, según el informe El impacto de la covid-19 en el sentimiento de la soledad no deseada de las personas mayores, una iniciativa de la Fundación Amigos de los Mayores, más de un 60% de personas mayores de 65 años sufre soledad no deseada en España, disparándose el dato en mujeres al llegar casi al 70%. Y volviendo a la pandemia, el 41% de los mayores ha notado como esa sensación de soledad ha crecido durante los últimos meses.
En todo caso, el 7% de los mayores reconocieron no sentir esa sensación, aunque el informe recalca que el reconocer la soledad no deseada no es fácil porque "implica sentimientos de culpa o vergüenza, porque puede llevar implícito que a pesar de tener relaciones (como tener hijos), estas no responden a las expectativas personales". La gran mayoría de los mayores asocia el aumento de la soledad con la ausencia de los contactos sociales y la necesidad de mantener contacto físico, aunque otros lo relacionan con la angustia, la tristeza o la desmotivación vivida, así como al aislamiento por las restricciones o la preocupación por la evolución de la pandemia.
No obstante, más allá de la pandemia, la soledad no deseada ya existía, y Amigos de los Mayores ha detectado algunos factores o aspectos que generan esa sensación:
Pero detectar los casos no es fácil, más aún en la llamada soledad no deseada, muy complicada de señalar en la era covid. Las restricciones a la movilidad, aunque ya son más leves, y el cierre de espacios, como los centros de mayores, han hecho mella en ellos. Por eso mismo, fundaciones como la de Amigos de los Mayores han querido hacer un llamamiento a los mayores de 65 años que se encuentren en esa situación o a cualquier persona que conozca a alguien que sufra esa soledad para que lo comuniquen y así poder buscar ayuda y acompañamiento para ellos, solo en 2020 ayudaron a más de 2.700 mayores.
Entre las tareas que se pueden realizar para ayudarles está el acompañamiento a domicilio por un voluntario, el año pasado contaron con 2.689, que está disponible por teléfono y acude varias veces por semanas a visitar al mayor para dar compañía y crear un vínculo estrecho con la otra persona. Además del acompañamiento presencial, también lo hacen por teléfono, más común en estos tiempos por la covid-19 para dar compañía y ánimo desde el otro lado de la línea y saber que al otro lado hay alguien con quien hablar. Para acceder, Amigos de los Mayores de da varias vías: el teléfono 932076773, el mail info@amigosdelosmayores.es o desde un formulario en su web.