Tú, galán, sí, tú. Ni la gomina, las cremas, el contorno de ojos y el pelo limpio como manantial son cuidados suficientes para por la vida en perfecto estado de revista. El gentleman disfruta afinando cada cosa que le enseña a la calle, sea un reloj o una barba más bonita que la de Aristóteles. Tú lo sabes, y nosotros también. ¿No te has cansado ya del lavado-afeitado-corte-nos-deshacemos-del-cadáver-de-su-jefe todo a 14 euros? Si te has planteado ir un poco más allá del rasurado a navaja y contorneado de patillas a lo Elvis, entonces este es tu artículo.
En Uppers hemos venido a hablarte de esos otros tratamientos para el hombre que este tipo de establecimientos llevan tiempo incluyendo en sus servicios. Desde que se convirtieron en algo más que una moda, muchos hombres están probando ya a darle un cuidado profesional a su barba. Vale tanto para los que se han dado el capricho de ir más allá del mito de la barbería plana y sin gracia, y saben lo que se hacen cuando se sientan en la silla de cuero rojo, como para esos otros que no saben muy bien qué clase de cosas pueden pedirse en una barbería. En realidad, puedes pedir lo que quieras; si sabes escoger bien. Tu pelo está dando palmas.
Este sintagma propio un mercado negro de órganos humanos esconde en realidad un interesante pack que combina el tratamiento de la barba con la relajación. Lo ofrecen varias cadenas en todas las ciudades de España. No hablamos, para nada, del clásico combo del corte de pelo, afeitado de cuello y arreglo de barba, con la típica toalla caliente para abrir los poros. Este tratamiento es específico y se adapta a los gustos del cliente y a sus necesidades particulares (‘Voy a una boda, escúlpemela para matar de un susto a mi suegra’), porque para eso el barbero es tu chamán del pelo, y como profesión con una larga tradición estética e histórica, es mejor ponerse en manos de uno bueno que sepa lo que quieres.
Primero: un buen masaje craneal hecho por un profesional (el que lo probó, sabe lo bien que nos quita la tensión) con varios productos, una sesión de asesoramiento personalizado para encontrar el corte y diseño de barba que mejor realza la forma de la cara (más mandibular, más redonda, más picuda).
Otras barberías han diseñado la experiencia en varias fases y ofrecen al que quiera probarlo un tratamiento para los cinco sentidos: los ojos cerrados, las toallas a diferentes temperaturas para abrir los poros y estimular las sensaciones contrastadas sobre la piel, y hasta el sentido del gusto, con carta de chocolates que van ‘cerrando’ la experiencia para el cliente, más relajado que un muerto en su piscina.
Una barba no es como los dioses: ubicua, imperecedera, inmutable y con mala leche si tratas de modificar sus designios. Se puede cambiar, y en esa maña y esos arreglos, ya hay muchas barberías que ofrecen servicios que van más allá del corte. Si el local es bueno, también te ofrecerán tratamientos relacionados con el teñido del pelo, sea porque tus canas de papa pontífice y silver fox no te satisfacen o porque prefieres un color con más punch.
La barba es un inmenso vergel de posibilidades para el hombre que desea convertirla en un ariete visual, su seña de identidad y presentación. Se puede teñir y tratar con productos naturales (aceites, acondicionadores, champús) específicamente pensados para nutrirla y hacerla crecer fuerte, algo bastante difícil de conseguir con los productos base que puedes encontrar en un supermercado.
En Madrid, Bearbero ofrece este servicio, como complemento al clásico corte, lavado y esculpido.
Las barberías han cambiado mucho con las décadas y han ido adaptándose a las necesidades del hombre que busca algo más allá del corte funcional y quiere desconectar de la vorágine del trabajo y la familia. Muchas ya incluyen en su carta de servicios la manicura y la pedicura, y también el tratamiento facial. No olvidemos que la barba también influye en la calidad de la piel, y que tenerlas a ambas mimadas y curtidas con buenos productos es esencial para que conserven la humedad, la suavidad y la forma que nos gusta.
Si lo que quieres es una cara más suave que un bebé de foca, locales como Filomax, en Madrid, ofrecen tratamientos faciales de lo más interesantes. Una idea más que recomendable si eres perezoso con el uso del jabón facial, el exfoliante, la mascarilla y la crema de noche y de día.
Estos servicios incluyen todos los básicos y algún plus de los tratamientos faciales: limpieza profunda de la piel de la cara, exfoliación, peeling de carbono e hidratación.