La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que dictamina que que ni UEFA ni FIFA tienen la capacidad de decidir sobre la creación de nuevas competiciones de fútbol supone un importante espaldarazo para la Superliga que promueven Real Madrid y Barcelona. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos cuenta en qué situación se encuentra el proyecto, pero, sobre todo, cuánto dinero hay detrás y qué podría significar para los clubes grandes y pequeños.
El fallo de la justicia europea concluye que las dos grandes asociaciones internacionales del fútbol incurrieron en abuso de posición dominante y violaron las normas de competencia y libre mercado de la UE cuando en 2021 desautorizaron la creación de la Superliga que promovían doce clubes europeos al margen de la UEFA.
Lo que dice la sentencia es que estos dos organismos no pueden restringir nuevas competiciones ni actuar como un monopolio, pero eso no significa que haya dado luz verde específicamente a la Superliga. Que se pueda hacer no quiere decir que necesariamente se vaya a hacer, aunque la decisión abre la puerta a cambios significativos en el fútbol europeo.
En cualquier caso, las reacciones no han tardado en llegar. Ocho de los clubes fundadores de la propuesta de Superliga original ya se han desmarcado. Y la Premier sigue completamente al margen. La idea original de liga exclusiva para que los clubes más ricos del planeta jugasen entre ellos regularmente sin posibilidad de descensos o ascensos se ha ido matizando y abriendo la puerta a otros equipos, pero básicamente sigue siendo un negocio de grandes para grandes.
Esto no va de liberar el fútbol, como claman Florentino Pérez y Joan Laporta, sino de quién se queda la pasta del fútbol y cómo se reparte. En juego está el dinero de derechos deportivos, venta de entradas y la televisión. La expectativa es de repartirse 4.000 millones de euros anuales, el doble de lo que ingresa la Champions League. Sería muy iluso pensar que esta competición sería gratis y en abierto. ¿Cuándo es gratis el fútbol? ¿Al principio y un mes?
Los grandes perdedores serían los clubes pequeños, pero también los aficionados que no sean del Real Madrid, el Barça y el Atlético de Madrid. Básicamente sería cambiar un monopolio de dos (FIFA y UEFA) por otro de doce. Esa es la tesis que defienden los equipos humildes: "no me cambien un monopolio que cuenta conmigo con uno que cuenta solo con ustedes".
Mi impresión es que la Superliga no va a salir adelante. No puedes llamar así a una competición que de entrada no contaría con los clubes de la principal liga del mundo, la Premier. Pero aunque no prospere sí servirá para renegociar con FIFA y UEFA. Y puede que de ahí salga algo bueno, porque la FIFA es la capital de la corrupción del planeta, un vertedero de intereses, pagos y asuntos turbios que requiere luz, taquígrafos y mucha lejía. Posiblemente lleguemos a una redistribución de derechos de las retransmisiones deportivas, o que se cree algún campeonato menor que sí confronte de manera asidua a los grandes clubes. Para saber más sobre lo que hay detrás de la Superliga puedes ver en el vídeo la charla completa.