Javier Ruiz, sobre el divorcio entre Universal y TikTok: "Pierden todos menos Beyoncé"
Como cada semana en MoneyTalks, Javier Ruiz baja a tierra las principales noticias económicas de la semana
En esta ocasión nos desgrana las claves del enfrentamiento entre los dos gigantes del entretenimiento y analiza sus consecuencias
"Está en juego un reparto justo de los beneficios. El artista no puede ser el único eslabón débil de la cadena, el único que no cobra", defiende el analista
El divorcio entre dos gigantes de la industria audiovisual como Universal y TikTok enfrenta a dos modelos de negocio con intereses contrapuestos. Discrepancias económicas y de royalties han terminado rompiendo el acuerdo que permitía la reproducción de canciones propiedad de Universal Music Group (UMG) en la red social. El efecto inmediato es que TikTok se queda sin la música de la compañía en sus vídeos, pero la ruptura significa mucho más que una guerra entre dos empresas. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos da las claves del enfrentamiento y analiza sus consecuencias.
TikTok valora la música en un 5%
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El primer motivo de la discordia entre los dos gigantes es el porcentaje del dinero que TikTok venía pagando a las discográficas por utilizar su música. Plataformas como Youtube destinan a esta partida un 20% de sus ingresos por publicidad, pero TikTok solo abona el 5%, algo inaceptable para Universal, dueña del catálogo de la mayoría de grandes estrellas de la industria, que esgrime que si la red social no valora la música se quedará sin ella.
TikTok se defiende argumentando que no es una plataforma de streaming, sino una red social a la que no se va a escuchar música, sino a compartir. Además, sostiene que no negocia con discográficas, sino directamente con los artistas, a los que ya retribuye con difusión y promoción. Ahí está el caso, por ejemplo, del fenómeno de 'Si no estás' de Íñigo Quintero, que nació en la red del scroll infinito.
Un problema también para artistas y consumidores
Aunque asegura que apenas ha perdido usuarios tras este divorcio, TikTok tiene un problema serio. De momento, la marcha de Universal la ha dejado sin el 30% de las canciones que tenía. Artistas como Taylor Swift, Harry Styles, Rosalía o Drake ya no están en la plataforma. Pero las ramificaciones del catálogo de la discográfica podían desembocar en el silenciamiento de entre el 70 y el 80% de la música de TikTok.
Pierde TikTok, pero también pierden los artistas, que se quedan sin una importante vía de difusión, y el público. La red social de origen chino es la forma en que hoy consumen música la mayoría de los adolescentes de 16 a 24 años, concretamente en torno al 82% la tienen como opción principal. También pierde Universal, aunque bastante menos. UMG señala que TikTok solo aportó el 1% de sus ingresos en 2023.
La gran ganadora de esta guerra, al menos de momento, es Beyoncé. La superestrella está en la nómina de Sony, que de momento se mantiene al margen de esta disputa, y sigue sonando en TikTok. No es casual que su último tema, 'Texas Hold 'Em', sea número uno en todo el mundo. El problema es que la canción está coescrita por Raphael Saadiq, que tiene contrato con Universal, lo que implica que también podría llegar a desaparecer de TikTok.
El uso (y abuso) de la IA
El otro gran motivo de disputa es el uso de la Inteligencia Artificial (IA). Hay usuarios utilizando herramientas generativas para hacer versiones de canciones, modificando tempos, ritmos, falseando voces o agregando colaboraciones fake. TikTok defiende que estos usuarios creadores de canciones modificadas cobren de una especie de bote de royalties compartido con los artistas, frente al rechazo frontal de Universal y de los propios artistas.
Cuando dos elefantes se pelean quien pierde es la hierba. Al final habrá algún tipo de acuerdo porque TikTok no se sostiene sin música, la vida no se sostiene sin música Pero está en juego un reparto justo de los beneficios. Esto va de quién gana cuando las compañías ganan. Lo hemos visto antes en la gran banca y en la industria del automóvil. No puede ser que las discográficas y las plataformas se queden con todo y los artistas con las sobras.
La uberización de la economía, en la que el dinero se lo queda el intermediario, va más allá de Tiktok. Las plantillas, los creadores de contenido, los generadores de producto, son la base de la riqueza y tienen derecho a un pago justo. Es ridículo pensar que el artista se beneficia solo con la publicidad. No puede ser el único eslabón débil de la cadena, el único que no cobra. Para saber más sobre una de las batallas más trascendentes en la industria del entretenimiento de los últimos años, puedes ver la charla completa con Javier Ruiz en el vídeo.