Deliveroo pone fecha a irse de España: la empresa de entrega de comida ha anunciado que el 29 de noviembre ya no operará en nuestro país. Ahora, que se cumplen 100 días de la 'Ley rider', es el momento de evaluar su efectividad. Y Javier Ruiz, nuestro experto en asuntos económicos, aprovechó el 'Moneytalks' de la semana pasada (sus directos en nuestra cuenta de Instagram), en el que también habló sobre temporalidad y precariedad, para arrojarnos luz sobre la situación actual y las circunstancias reales de este empresa.
"Deliveroo tiene todas las trampas del mundo: despide a 3.871 trabajadores porque rige la presunción de laboralidad y dice que es porque con la 'Ley rider' no pueden trabajar. Pues 'felicidades y adiós'. Si para ganar dinero tiene que violar la ley, bienvenida sea su ausencia. No tienen un modelo de negocio, somos nosotros los que tenemos un problema", opinó el experto.
Según el analista, no es cierto que la empresa se marche por la puesta en marcha de la ley, la realidad es que "Deliveroo tiene 11 mercados en los que no gana dinero". En España está por debajo de otras empresas del mismo sector, ha perdido cuota frente a otras como Just Eat, Glovo y Uber Eats, así que se va de un mercado en el que pierde dinero para "refugiarse en Londres, donde sí gana". No sería, entonces, una cuestión legal, sino una cuestión financiera.
Además, explicó Ruiz, tiene un problema: "Fue una salida a bolsa desastrosa, con una caída de cotización del 30% en un solo día. Ahora mismo, los accionistas te penalizan si trabajas en mercados en los que pierdes dinero".
En medio de su marcha, la empresa ha llegado a un acuerdo para pagar una indemnización de 45 días por año: "Se ha llegado a un acuerdo con el sindicato, que se ha creado ad hoc para esto". El experto cree que la empresa ha preferido pagar y marcharse, antes que hacer más ruido y montar más bronca que la que ya se ha formado.
¿Qué pasa con el resto de empresas del sector? "Se hizo una ley que tenía dos patas y que contempla la presunción de laboralidad, pero tiene dos agujeros enormes: la cesión ilegal de trabajadores y la trampa de las empresas interpuestas". La presunción de laboralidad dictada por la ley dice que "si trabajas con la mochila de Glovo, te dicen los horarios y los pedidos que tienes que coger y, si no, te penalizan, eres un empleado de Glovo, no un autónomo", pero la ley no regula "la parte de turnos, jornadas y demás". Cien días después estamos viendo cómo funciona esta norma.
El periodista explicó que Glovo, por ejemplo, "ha metido 2.000 empleados en plantilla de los 12.000 que tenía. Los otros 10.000 ya no son de Glovo, ahora son de Glovo Logística, y Glovo les contrata con una puja de entre 0.7 y 1.3 para que cobren lo que quieran. El problema es que si lo ponen a 1.3, no le va a entrar ni un pedido. Uber ha hecho lo mismo: Uber Logística, que sólo contrata para el reparto de comida".
"Hecha la ley, hecha la trampa", escribió una espectadora en el chat del directo. "Yo creo que más bien, hecha la trampa, hecha la ley. Es una ley bien pensada, que todavía no funciona como debiera", resumió Javier.