Oscar Tusquets: "Tener una aventura con una mujer más joven es una trampa a la muerte"
En 'Palabra de Boomer', la periodista Joana Bonet habla con Uppers con mucho que decir
En esta ocasión, ha charlado con Oscar Tusquets sobre la vida, la muerte, la vejez y su último libro 'Vivir no es tan divertido y envejecer, un coñazo' (Anagrama)
En una charla distendida, también han hablado sobre el sexo a los 79 años, la diferencia de edad en las relaciones y la paternidad tardía
Oscar Tusquets (79) es un artista integral: arquitecto, pintor, diseñador, escritor. Es, en palabras de la periodista Joana Bonet, "un analista con un punto conceptual y dispuesto a los surrealismos". Dispuesto porque fue muy amigo de Salvador Dalí y ahora es miembro de su patronato.
Ambos, artista y periodista, se han pasado por nuestro Instagram, para charlar en directo en 'Palabra de Boomer' sobre la vida, la muerte, la vejez y el último libro de Tusquets, 'Vivir no es tan divertido y envejecer, un coñazo' (Anagrama). Puedes ver la charla completa en el vídeo que abre este artículo.
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Joana define el libro como una "joya divertida con poética del 'yo me acuerdo". Sin embargo, según su autor, en el título hay una contradicción: "Es irónico, para mí vivir ha sido bastante divertido. El título se basa en que hay un momento de la vida que quizá no es tan divertida, se acerca la muerte y hay que afrontarla", ha explicado. Sobre el machismo en usar la palabra "coñazo", confiesa que hay mujeres que se lo han hecho notar: "La frase es de mi hermana, que envejeció peor que yo", ha aclarado.
Tusquets estaba escribiendo sobre ello, sobre envejecer y enfrentarse a la muerte, cuando la pandemia agitó al mundo entero. Y no pudo resistir la tentación de seguir añadiendo reflexiones. "Tuve que cambiar el tiempo verbal del libro porque mientras lo escribía se iba muriendo gente de la que hablaba", ha contado. "Durante la pandemia he escrito el libro, he pintado bastante, he hecho algún diseño marginal que no puedo enseñar… Al principio cuando no podía salir de casa, solo salía a pasear al perro y veía muchas series", ha relatado. "El cine interesante ahora se hace en las series", ha opinado.
Tusquets ha aclarado que, a pesar del título, "no es un libro de lamentos". "El objetivo es que sea un libro que no sea triste, hablando de la muerte", ha explicado. La obra acaba reivindicando la vida y el tiempo que tenemos: "Hice un último capítulo sobre las cosas que hacen que merezca la pena seguir viviendo".
Si no piensas que hay peligro de condenación eterna, follar pierde mucho interés
Además de sobre el libro y el trabajo de Tusquets, ambos han tenido tiempo de charlar sobre la vida, la vejez, y los aspectos que unen ambas. Uno de ellos es el sexo. "Para mí es sexy lo mismo que para todo el mundo", ha explicado el autor. En el libro también se habla de lo que se pierde con la edad y, en su opinión, "una de las cosas evidentes que se pierde es la belleza".
"Buñuel dijo 'menos mal, me he librado de esta tiranía del sexo' y yo le entiendo", ha comenzado Oscar explicando sobre este tema. "Creo que a una cierta edad hay cosas de mal gusto. Un viejo verde sólo se acepta si es genial", ha continuado. "Siempre he pensado que el sexo es una cosa religiosa. El sexo sin religión es gimnasia. Si no piensas que hay peligro de condenación eterna, follar pierde mucho interés".
"Hay muchos cuadros míos que son sexuales, una parte importante de mi pintura lo es, pero no hay ninguna que tenga humor". "El humor en el sexo me ha puesto siempre de muy mal humor", ha concluido.
Siempre he pensado que el sexo es una cosa religiosa. El sexo sin religión es gimnasia
Tusquets, de 79 años, tiene dos hijos de 16. La paternidad le llegó siendo ya mayor: "Tenía 60 y no sé cuántos cuando fui padre". Y tiene, también, una pareja mucho más joven que él. Sobre esa diferencia de edad, cree que "siendo mayor, tener una aventura con una chica joven es una trampa a la muerte. Lo han hecho mucho más los hombres porque tenían más posibilidad".
"Los 80 son los nuevos 60 para mí", ha comentado. "Yo soy consciente de la suerte que tengo. Con la salud tengo una suerte tremenda. Hay gente que a mi edad hace muchas menos cosas que yo". El artista hace taichí desde hace bastantes años y ha explicado que una de las razones es estética: "Me pregunté qué se podía hacer de mayor que quedara elegante, y el taichí es el antirunning". "Después de 20 y pico años de hacerlo, creo que me ha ido muy bien, estoy de cuerpo fantástico. Tengo un profesor una vez a la semana. Es bonito y para mí ha sido muy saludable", ha explicado.
Sobre el misterio de la vida, ha asegurado que "soy agnóstico, pero cada vez que voy a la Semana Santa andaluza, me convierto. Lo que pasa es que me dura 24 horas. Creo que hay algo más de lo que vemos".
Ha confesado que le hubiera gustado que le hubieran encargado construir una iglesia o un templo. "Me he quedado con la ilusión de hacer esto y de hacer una escuela. También querría haber hecho un rascacielos en Manhattan. O en Benidorm, que creo que me lo merezco". "Benidorm me fascina. Es un sitio urbanísticamente interesantísimo y lo que allí pasa es fantástico", ha apostillado.