Pedro Sánchez ha intervenido este martes en el Foro Económico Mundial de Davos en un casi perfecto inglés. Más allá de que el discurso haya sido escrito por su equipo, como es habitual, lo excepcional del momento nos ha hecho mirar alrededor: ¿cómo se han defendido tradicionalmente en el idioma de Shakespeare los otros presidentes de la Democracia? Para analizarlo, hemos recurrido a un experimentado profesional de la enseñanza, Joe Ruiz, que nos ha explicado detalles y en qué podrían mejorar.
“El nivel general de inglés de los presidentes es bajo, en algunos casos rozando lo vergonzoso”, ha explicado el hispano canadiense. “Dejaría fuera a Sánchez y un poco a Aznar, que se ha ido defendiendo”, añade. Nada nuevo bajo el sol en realidad, ya que los idiomas es una de las asignaturas pendientes de todo el país, sobre todo en las generaciones de esos mandatarios: España ocupa el puesto 33 dentro del ranking mundial de dominio de inglés, según el informe EF EPI de 2021. Los últimos ocho años, por cierto, estancados.
No es de extrañar si durante décadas se priorizó además el francés, algo que empezó a cambiar en los años 80 y 90, aunque a los líderes políticos de la época -desde Adolfo Suárez a Mariano Rajoy, pasando por Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero- les pilló ya mayores. "No es que seamos más torpes, es que hay un problema estructural con el sistema educativo; faltan profesores nativos con sueldos decentes. Con todos los respetos, no te puede enseñar inglés ‘Paco, de Alcalá de Henares’. Las cosas están cambiando, pero sigue habiendo un déficit evidente", explica. Así pues, en muchos sentidos, el nivel de nuestros presidentes no deja de ser un fiel reflejo de nuestra sociedad.
Para nuestro experto, el desempeño de Sánchez en inglés es muy correcto. No en vano realizó un Master en Política Europea en Bruselas. "Es bastante completo, tiene fluidez y su elección de vocabulario es bastante adecuada. Se nota que controla". Y le ofrece un consejo: "Yo trabajaría un poco en el acento, que se nota que es muy español", pero "en líneas generales no se siente vergüenza ajena al escucharle". A su juicio, está bastante claro que es el presidente del Gobierno español que mejor se ha desempeñado en inglés, por mucha diferencia.
Mariano Rajoy, en cambio, nunca fue muy ducho con el idioma. En muy pocas ocasiones se atrevió a hablar en inglés, aunque presuntamente sí pasaba varias horas semanales aprendiéndolo. Ruiz no se lo termina de creer, a tenor de frases como el "It's very difficult todo esto" que le dirigió al presidente británico David Cameron en cierta ocasión. "A mí me dio vergüenza", reconoce nuestro experto, quien insta a "quitarse el miedo escénico" para casos como el del ex líder del PP. En España hay "mucho sentido del ridículo", y esto se puede vencer con "dedicación, tiempo y con un profesor nativo que esté continuamente corrigiéndote".
Tampoco convence a Ruiz el desempeño de José Luis Rodríguez Zapatero, que, al igual que Rajoy, también evitaba todo lo posible hablar el idioma. Una de las pocas veces en que lo hizo fue en la Universidad de Oxford, donde fue invitado a ofrecer una charla sobre la Europa Post-Brexit y el futuro de la Globalización. El resultado, para nuestro especialista, es de "vergüenza ajena". Y se explica: "Una persona con un cargo tan importante y que va a representar a España debe contratar a gente que le ayude a mejorar en pronunciación, en fluidez, en todo. Honestamente, no hay nada bueno en su inglés".
José María Aznar sí que hizo ciertos progresos con el inglés. O al menos se aprecia una cierta evolución desde sus inicios -con el particular español de acento texano que usó en alguna rueda de prensa junto a George W. Bush- hasta después de dejar el cargo, cuando llegó a impartir alguna clase magistral en inglés en universidades estadounidenses. Para nuestro experto, el inglés del expresidente puede merecer un aprobado pero cree que "debería vocalizar", aunque concede que ese es un problema de comunicación del propio Aznar. Más que un profesor de inglés, el experto le recomienda contratar "a un logopeda".
Miedo escénico, falta de fluidez, acentos o mala vocalización son problemas no solo atribuibles a nuestros presidentes, sino a todos los españoles, pero con trabajo y esfuerzo pueden vencerse. El consejo final de Ruiz López para cualquiera que quiera mejorar en su inglés es "centrarse en lo que se quiere transmitir" y olvidarse del temor a hablar en público. Lo importante es "sentirse cómodos" y no preocuparse por cometer fallos. "Lo importante es difundir el mensaje y aprender", concluye.