Todo deportista de élite tiene sus propias manías y rituales que realizan cada vez que van a competir. Unos los hacen antes de pisar la pista, el césped o de tirarse a la piscina, mientras que otros tantos lo hacen en público y ya es costumbre ver cómo lo hacen. Uno de ellos es Rafa Nadal, que antes de cada partido hace su propio ritual, y uno de ellos durante el Roland Garros no va a poder seguir haciéndolo por una ley francesa que se lo impide. ¿Tendrá la misma suerte sin hacerlo?
El propio Rafa Nadal es consciente de que tiene ciertas manías. Gestos típicos como la colocación de los calzoncillos o el pelo detrás de las orejas antes de sacar. Hace unos meses el tenista reconocía en un coloquio que cree que "cuando menos cosas extrañas tengas que hacer para concentrarte en las cosas, mejor. Te lo dice uno que tiene muchos rituales para concentrarle, me gustaría no tenerlos, no me escondo, pero el tenis es un deporte muy agresivo mentalmente porque cualquier cosa externa te puede distraer".
El caso es que una ley francesa prohíbe la distribución de botellas de plástico en los eventos deportivos como medida de protección del medio ambiente y, de hacerlo, puede que te multen. Ahora, en Roland Garros en lugar de repartir botellas a los tenistas, se les da una transparente personalizada que puede rellenarse en los dispensadores habilitados.
No es obligatorio llevar la botella que ofrece la organización, que lleva la publicidad de Perrier, patrocinador del torneo y las que ha usado hasta el momento Nadal, pero sí pueden llevar otras siempre que no lleven etiquetas de otras marcas.
¿Por qué afecta esto a Rafa Nadal? Porque uno de los rituales o manías del tenista está justamente en las botellas de agua de plástico que llevan acompañándole durante años. Nadal siempre que pisa la pista alinea las botellas de plástico en su banquillo, algo que ahora no va a poder hacer, al menos en este y otros torneos franceses.
Sin embargo, puede que sea una buena ocasión para irse quitando esas manías, además de para el medio ambiente. "Yo hago todas estas cosas que hago en los partidos y aun así no siempre consigo mi objetivo. No sé decir si es algo positivo o negativo, pero a mí me funciona. Me ayudan a sentir que estoy totalmente focalizado en el objetivo. Cuando compito me da seguridad y me aísla de las cosas que me puedan distraer", dijo en el coloquio del pasado febrero.