El verano nos aleja de las temperaturas más frías para traernos un calor constante, en los últimos tiempos quizá más del que nos gustaría. Con ello llevamos prendas de ropa más frescas y ligeras, vacaciones junto al mar y su brisa marina… Pero no todo es tan bonito. Las altas temperaturas también hacen que proliferen plagas de insectos y estos estén más presentes en nuestro día a día de lo que nos gustaría. Y no solo hablamos de los molestos mosquitos que no nos dejan dormir en paz, también de otros como las cucarachas.
Cuando nos encontramos con uno de estos bichos por casa el instinto nos hace coger un zapato u otro objeto para aplastarlo y acabar con él y su presencia en nuestro hogar. Sin embargo, las cucarachas no son un insecto sencillo, en parte por el asco que suele despertar en las personas. Con ello, no se suele recomendar matarlas pisándolas. ¿Por qué?
Este tipo de insectos cuentan con una gran adaptabilidad a los diferentes entornos y puede llegar a soportar unas 600 veces su peso corporal gracias a su exoesqueleto, que también es muy flexible. Por eso mismo, en la mayoría de los casos un zapatazo no termina con ellas. Sus características hacen que pueda soportar lesiones tras un golpe y que puedan aguantar varias semanas, incluso meses, sin alimentarse o sin alguna parte de su cuerpo.
Volviendo a lo importante, pisarlas no es la mejor idea para acabar con ellas según muchos expertos por unas cuantas razones. Una de ellas es porque al pisarlas, aunque sea con todas nuestras fuerzas, las cucarachas no suelen morir. Pero no solo eso, al aplastarlas las bacterias pueden esparcirse por la zona, bacterias que pueden provocar alergias o asma de inhalarse.
Las bacterias de las cucarachas pueden provocar salmonella, estafilococos o estreptococos de depositarse en la comida que posteriormente vayamos a ingerir, siendo así portadoras de enfermedades intestinales, como la diarrea.
Sin embargo, esa creencia de que aplastar una cucaracha no es una gran idea porque hace que se esparzan sus huevos no es real, ya que expertos señalan que es muy poco probable que tras un aplastamiento con el pie los huevos fertilizados puedan sobrevivir. Lo que sí hay que hacer es limpiar la zona tras matarla y tirarla a la basura, pues las cucarachas muertas atraen a otras para alimentarse con sus cadáveres.
Con una o dos podemos hacerles frente, pero cuando se trata de varias y de una presencia continuada lo mejor es acudir a una empresa de control de plagas que pueda hacerse cargo de eliminar todos y cada uno de los restos de las cucarachas.